Como nunca antes en la historia reciente de México, la sangre ha corrido entre la clase política del país.
Alrededor de 94 políticos de distinto partido y nivel de gobierno han sido asesinados, de acuerdo con recuentos recientes.
De ellos, desde el inicio del proceso electoral, son 19 precandidatos y candidatos que fueron eliminados de la contienda por la vía violenta; lo peor es que sólo hay cuatro detenidos como presuntos responsables de los crímenes.
Han sido los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD) los que más abanderados han perdido, con cinco cada uno; seguidos también de un empate entre Morena y el PAN, con tres respectivamente.
Además, figuran en el listado de decesos representantes del Partido Verde (PVEM), Movimiento Ciudadano (MC) y uno del Frente, todos con un asesinato.