Tras anunciar la incorporación del arquitecto Rogelio Jiménez Pons, como el futuro director general de Fonatur y a Gabriela Cámara como la próxima directora general del Consejo de Promoción Turística, el presidente electo Andrés Manuel López Obrador anunció la ampliación del tren del Sureste para cubrir ahora una Ruta Maya que cruzará por Tabasco, Campeche, Chiapas, Yucatán y Quintana Roo; en lugar de sólo viajar de Cancún a Palenque, como originalmente se había planeado.
La nueva corrida del tren pasa de 900 a mil 500 kilómetros de recorrido y el nuevo gobierno calcula que pueden realizarse estos trabajos con un costo de 120 a 150 mil millones de pesos de inversión pública y privada.
El tren que correrá por la Ruta Maya, cuenta con el derecho de vía del antiguo ferrocarril del Sureste, desde Palenque hasta Valladolid que pertenece a la nación; así se podrá trabajar de inmediato, consideró el futuro primer mandatario de México.
El futuro presidente de México destacó que la consulta ciudadana sobre el Nuevo Aeropuerto Internacional de México tendrá carácter “vinculatorio”.
“El método puede ser uno u otro, una consulta, lo más amplia posible, y obviamente objetiva, apegada a la realidad, y el otro método puede ser el instalar mesas para recoger la opinión de los ciudadanos,” agregó.
En cuanto al plan de austeridad del futuro gobierno, López Obrador insistió en que habrá cuidado de los recursos públicos en su gestión.
“Vamos a ahorrar y espero que los otros poderes hagan lo mismo. Estoy recibiendo muestras de apoyo para que se aplique un plan de austeridad de Estado que incluya a los tres poderes, a entidades autónomas, que todos contribuyan. Voy a enviar una iniciativa para que haya una política de austeridad de Estado ,y esto incluye a todos los deudores públicos, y no sólo es reducir los sueldos de los altos funcionarios públicos, sino terminar con todos los lujos. La Austeridad no es un asunto administrativo, es de principios. No puede haber gobierno rico con pueblo pobre, eso es lo que vamos a aplicar», sentenció.
Así, López Obrador defendió de las críticas a la zona franca que imperará en la frontera pues “ayudará a las empresas, al comercio, porque en estos 3 mil 180 kilómetros de frontera con Estados Unidos va a bajar el IVA al 8% y el ISR al 20%, se van a homologar el precio de los combustibles, lo mismo en México que del otro lado. “Este programa es para que lo defiendan los dirigentes empresariales”, señaló.
“¿Cómo hacer para que no se abuse de la aplicación de estas medidas fiscales, pues va a ser algo que el secretario de Hacienda y su equipo van a diseñar; por ejemplo, para las empresas ya establecidas aplica automático, para las nuevas empresas que quieran instalarse en la zona franja van a tener que informar nada más en qué van a invertir, cuántos empleos van a generar, porque no se va a permitir que solo se instalen oficinas o despachos para facturar y dejar de pagar los impuestos. Es un asunto reglamentario y además, al entrar el gobierno se acaba la corrupción, se acaba la impunidad y todos, todos, nos tenemos que portar bien, todos. Nada de moches, sobornos, influyentismo, nada de marrullerías”, finalizó.