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Contrapunto- La humanidad en el umbral

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Carlos Francisco Caltenco Serrano

Estamos en un año 2020 de la edad moderna bastante desastroso. Concluye el quinto mes de un año que todos quisiéramos que terminara ya. Apenas en enero se registraban las temperaturas más bajas en la historia de los Estados Unidos y ya había ocurrido el primer huracán que se tenga registro en la zona septentrional del océano atlántico, pomposamente llamado vórtice polar. Veníamos de un 2019 desastroso donde incendios forestales arrasaron con millones de hectáreas de selvas y bosques en todo el mundo. Aún no terminaba 2019 y una nueva calamidad se cernía sobre la humanidad: el Coronavirus Covid 19, virus causante del SARS COVID 2 o Síndrome Respiratorio Agudo Severo 2. A la fecha ya hay 6 millones doscientos mil infectados y 374 mil muertos en todo el mundo. En nuestro país, 87 mil infectados y 10 mil muertos.

En México llevamos más de 60 días cambiando radicalmente nuestra forma de vida. Atrás quedaron las fiestas, los bares, los cines, los teatros, los conciertos. Se han vuelto cotidianas las desinfecciones al llegar a casa, las mezclas caseras de alcohol con agua oxigenada, los lavados de manos y cara obsesivamente continuos. Los pésames digitales se han posicionado ante la imposibilidad de despedir a nuestros seres queridos que han caído víctimas del COVID 19. Millones de personas en el mundo han visto caer su economía colocándose en la miseria al quedarse sin ingresos y sin trabajo por la cuarentena impuesta en todo el mundo, no solo en México. Y el pronóstico está de la chingada. El virus nos acompañará al menos dos años. Habrá rebrote, el virus podría quedarse para siempre. Muchos se cuestionarán si realmente esto es cierto. Bueno, al menos para la mitad de la población mundial, la llegada del coronavirus si lo ha sido. La otra mitad no cree o no lo ha racionalizado, pero las muertes rondando su barrio, su cuadra o su familia pronto los harán tomar conciencia.

En este contexto, éste fin de semana se da a conocer un evento aparentemente trascendental para la humanidad. La operación liderada por Space X y la NASA que puso en órbita a dos astronautas que llegaron a la Estación Espacial Internacional. El lector seguramente se preguntará qué tiene de trascendental esto, si desde los años sesentas el hombre explora el espacio. Bueno, pues resulta que es la primera misión espacial contratada a una empresa privada (Space X) por un ente público (NASA), realizada además con cohetes (Falcon 9) y un vehículo reutilizables (Crew Dragon), que hacen mucho más barata la exploración espacial (aproximadamente una centésima parte de lo que costaban antes). No se equivoca el lector si encuentra la analogía con otras esferas de la vida humana en que lo privado se impone a lo público. Estamos presenciando la privatización del espacio, del cosmos. Eso es, ni más ni menos.

El creador de ésta idea vuelta realidad es un ser humano excepcional, Elon Musk. El Director de Space X es también el Director de Tesla y de al menos otras 5 empresas que abarcan los campos de la energía solar, la inteligencia artificial y la medicina, además de la automotriz y la aeroespacial. La genialidad de éste joven ingeniero de 49 años cuya fortuna actual lo ubica entre los 20 hombres más ricos del planeta asombra, pero al mismo tiempo preocupa. Su empresa Space X colocará en 2020 casi 12 mil satélites para internet este. Sus casi millón de automóviles Tesla están alimentando la base de datos de autonomía automovilística más completa en el mundo. Y tiene dos propósitos en la vida, como el mismo lo afirma, con un solo objetivo, colonizar el planeta Marte y generar energía renovable para evitar la extinción de nuestra especie. Elon Musk dice que es socialista en lo social, pero conservador en lo fiscal. Cualquiera comprende la falacia de su afirmación.

Pero el evento del año (así fue tratado por los medios en todo el mundo) y quien lo encabeza, reflejan fielmente la coyuntura en que se encuentra la humanidad. Nunca como ahora, como en éste año se ha manifestado la gran contradicción que encierra nuestra especie. Somos esencialmente individuales, como lo demuestra la genialidad de Elon Musk y sus logros individuales. Así como somos esencialmente comunitarios y colectivos como lo demuestra nuestra vulnerabilidad como especie ante el COVID 19. La historia de la humanidad es fiel reflejo de ésta contradicción. La búsqueda de unos individuos, unos cuantos, a veces uno solo, por trascender y dominar y la existencia de la colectividad, de la comunidad humana más allá de esos logros individuales que han hecho caminar la historia. Si revisamos la reciente época neoliberal, la privatización, incluso ahora del espacio sideral, solo ha traído para la humanidad condiciones para su propia destrucción. Por eso Elon Musk busca nuevos territorios. La cultura depredadora en su máxima expresión. ¿Ante eso qué debemos construir? Hoy más que nunca, construir comunidad.

Por hoy es todo y nos vemos hasta el siguiente contrapunto. Mientras… ¡Déjense ahí!

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