Sumar
El pasado domingo un grupo de ciudadanos presentó un proyecto político de cara a las próximas elecciones de 2021. La idea radica en sumar a distintas corrientes y personajes que en lo individual buscan crear partidos políticos y ofrecerles las siglas del Partido de la Revolución Democrática (PRD) para competir desde esa plataforma.
El PRD no reconoce la derrota estrepitosa que sufrió en las pasadas elecciones del 2018; tampoco reconoce que el haber tejido una alianza coyuntural y sin principios como la que representó el “Frente por México” le pasó una factura muy cara entre sus simpatizantes y afiliados.
Desde el mismo nombre llevan el pecado del pragmatismo de ganar elecciones o mantener el registro a como dé lugar, a colocar las siguientes elecciones como el objeto de la alianza y no un proyecto transgeneracional de mediano y largo plazo.
Sin un reconocimiento de sus debilidades y errores, ahora la dirigencia de lo que queda del partido (esencialmente el grupo conocido como “Los Chuchos” y ADN) echa mano de personajes como Quadri para intentar mantener su registro y sus jugosas prerrogativas económicas.
Por cierto, que no se nos olvide que Quadri declaró hace unos días que nuestro país requería una oferta política de extrema derecha como Vox en España.
Tampoco nos debe extrañar, el citado partido ensayó está técnica de sobrevivencia en las pasadas elecciones locales en Baja California, en donde apoyó la candidatura de Julián Leyzaola, un hombre ampliamente cuestionado por sus violaciones sistemáticas a Derechos Humanos.
Por un lado, aliados de extrema derecha, por otro, aliados que violan derechos humanos. ¿Esa es la agenda que quiere impulsar un partido que, hasta ahora, es heredero del registro del Partido Comunista de México? Creo que la historia y sus afiliados se merecen algo mejor.
Si quieren construir una oposición digna, competitiva y seria, deben empezar por dejar de lado el pragmatismo y la prostitución ideológicos.
Por Jordi Messeguer