Por: Cipriano Sotelo Salgado
A menudo se escuchan discursos de los titulares de los distintos poderes relativos a la necesidad de construir un plan de austeridad en sus respectivas administraciones por carencias de recursos económicos, lo que nos hace pensar como ciudadanos que son muchas las cargas económicas y bajos los presupuestos para satisfacerlas.
No obstante lo anterior, no siempre lo que se dice, encaja con lo que en realidad ocurre, y es que fue filtrado en medios nacionales el oficio número DGRM/4378/2016, de la Dirección General de Recursos Materiales de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que da cuenta de los gastos que origina el comedor para los 11 Ministros que la integran y sus 3,000 trabajadores, cuyo monto solo por consumo de alimentos rebasa los 15 millones y medio de pesos al año.
De esta cantidad de dinero, los 11 Ministros consumen un 16% de ese presupuesto, esto es, la cantidad de dos millones, trescientos cincuenta mil pesos, en tanto que el restante 84%, equivalente a 13 millones ciento cincuenta mil pesos, es consumido por los 3,000 trabajadores restantes del Poder Judicial de la Nación.
Si tomamos en consideración que el salario de cada uno de los Ministros de la Corte, integrado a sus prestaciones, oscila entre los 400 mil pesos mensuales, se nos arrojan cantidades impresionantes de dinero, lo que a nuestro parecer constituye un exceso, sobre todo si consideramos que más de 80 millones de mexicanos apenas perciben lo indispensable para su subsistencia básica.
Yo en lo personal estoy de acuerdo que los servidores públicos obtengan salarios que les permitan vivir con decoro, pero también considero igualdad en la posibilidad de ingresos para los que laboran en la iniciativa privada.
En efecto, si consideramos que los recursos públicos provienen del pago de los impuestos del ciudadano y de los productos que se obtienen de la explotación y riqueza de los bienes de la nación, no es justo que solo algunos puedan acceder a ingresos de forma por demás decorosa, sino que en igualdad de circunstancias la oportunidad sea para todos.
La interrogante sería, ¿Cómo lograr un equilibrio en la percepción de emolumentos? La respuesta, considero, es que los salarios se nivelen, tanto para los funcionarios, como para los que no lo son.