Por: Isaías Cano Morales
Ha sido noticia un tanto sensacionalista en el estado la reunión en conocido restaurante de la capital de políticos de partidos políticos con exclusión del PRD convocada por el Obispo Castro y Castro durante la semana pasada
De inmediato se desató la especulación, la polémica, la descalificación del gobierno y medios afines, y por supuesto opiniones con visiones distintas de un hecho, que dadas las circunstancias políticas que se viven en Morelos era de esperarse que la sorpresiva reunión fuera centro de atención de buena parte de opinión pública.
Todos Unidos contra Graco y su hijastro fue lo que primero que se aventuró por parte de algunos; otros, que la mesa con políticos anhelantes de la candidatura a la gubernatura fue señal de cobijo al Obispo de Cuernavaca ante los ataques de que ha sido objeto por parte de gobernador, otro, mostrar unidad ante el caos político y social, destacando la insólita violencia que vive la entidad, no faltando quienes dicen que fue un aviso a Graco para advertirle que el daño que le ha causado a Morelos y a los morelenses no quedará impune.
¿O todo ello junto? Desde esos ángulos y otros, también sirvió tal convocatoria como escaparate político, como escenario para exhibirse quienes dicen “yo quiero ser candidato a la gubernatura”. Y en esa lid estarán el PAN, PRI y Morena (¿y el PES?) y a ver si muestran en esa pelea la “unidad por Morelos” y la “civilidad” que dicen mostrar ahora en una próxima contienda donde se supone que no precisamente será Morelos la prioridad sino los intereses de cada partido. Eso se ha visto hasta ahora.
Por supuesto, que el sentarse en una mesa distintos actores políticos y sociales, unos más y otros menos críticos y cuestionadores del gobierno graquista tiene una lectura apuntando ésta a un escenario electoral donde el partido de Graco no le esperan de ninguna manera buenos augurios, de ahí que el secretario de gobierno Matías Quiroz y los diputados graquistas se le hayan ido a la yugular al Obispo Castro y Castro por ser hoy es un líder social amen de religioso en el estado y en la medida de los ataques de que es objeto, en esa medida crece su figura como defensor de las causas populares.
Pero ya se vio, a los adversarios del obispo se les revirtió su ira y saña contra el líder religioso al hacer público la alta jerarquía de la iglesia católica el apoyo y defensa de Ramón Castro y Castro. La administración perredista mal y de malas, cada vez contra las cuerdas, el repudio contra Graco y el PRD van en aumento.
Y no se advierte conciliación alguna. ¿Qué sigue?