La secretaría de Defensa de Rusia anunció a primera hora de la mañana de ayer que, por primera vez, sus aviones de guerra estaban coordinando vuelos y bombardeos sobre posiciones del Estado Islámico en Siria con la coalición internacional que lidera Estados Unidos.
“Dos aviones de la fuerza aérea rusa y dos aparatos de la coalición internacional (ESTADOUNIDENSE) lanzaron bombardeos sobre instalaciones terroristas”, señaló un comunicado del Ministerio ruso.
Sin embargo, horas después, el departamento de Defensa de EU desmintió rotundamente que sus aviones están “coordinando ataques aéreos con las fuerzas armadas rusas en Siria”, en palabras de Eric Pahon, portavoz del Pentágono.
El mismo funcionario aclaró que “Defensa mantiene un canal de comunicación con los militares rusos enfocado solamente para asegurar la seguridad de las tripulaciones y para evitar encontronazos entre miembros de la coalición y las operaciones rusas en Siria”.
Sin embargo, el nuevo portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, aseguró ayer en su primera conferencia de prensa diaria, que el ejecutivo de Donald Trump está dispuesto a colaborar con el Kremlin contra el Daesh.
“Siempre que haya un modo de combatir al Estado Islámico con cualquier país, tanto si es Rusia como otro, si compartimos intereses nacionales, no duden que lo haremos”, afirmó Spicer. Además, agregó que la disposición a colaborar con otras naciones contra los yihadistas no se limita al terreno militar, sino que podría expandirse al económico.
El desmentido del Pentágono sobre estos presuntos ataques conjuntos llegó después de la rueda de prensa en la que el vocero de Trump no quiso confirmar los bombardeos conjuntos con Moscú que había anunciado antes el Kremlin, pero tampoco lo negó, y pidió a los periodistas que se pusieran en contacto con el Pentágono para contrastar dicha información.
Las palabras de Spicer van en la línea a lo que los expertos prevén de la presidencia de Donald Trump en referencia a la relación de EU con Rusia, en la que se prevé una distensión y hasta un acercamiento entre la Casa Blanca y el Kremlin, luego de las múltiples alabanzas que el magnate republicano ha hecho del mandatario ruso, Vladímir Putin.
En el pasado, el gobierno del demócrata Barack Obama había asegurado que podrían colaborar con Rusia siempre que los ataques se concentraran exclusivamente en posiciones del Estado Islámico, pero la alianza no llegó a concretarse por la decisión del Kremlin de bombardear a los rebeldes moderados, especialmente en Alepo