El secuestro de uno de los hijos del narcotraficante mexicano Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán ha encendido las alarmas de que se genere una ola de violencia en México, así lo expresaron expertos en el tema de seguridad.
Dicho acontecimiento se produjo, poco después de que hombres armados invadieran la casa de la madre del capo mexicano, ubicada en el estado de Sinaloa.
Durante la noche del martes, el fiscal general del estado de Jalisco, Eduardo Almaguer, confirmó que Jesús Alfredo Guzmán Salazar se encuentra entre las seis personas, que fueron plagiados en un restaurante de Puerto Vallarta.
El funcionario estatal jalisciense detalló que los presuntos secuestradorespertenece al grupo delictivo denominado cártel de Jalisco Nueva Generación.
La influencia de dicha organización delictiva creció durante los últimos años, a menudo en competencia directa con el cártel de Sinaloa, que es considerado como uno de los principales grupos delictivos de México.
“Esto podría indicar una escalada (…) Este es un movimiento muy valiente”, expresó el gerente de la empresa consultora de seguridad Southern Pulse, Samuel Logan.
Hasta ahora, se sabe que un grupo de hombre armados irrumpieron en una celebración, que se llevaba a cabo en el restaurante La Leche aproximadamente a la una de la madrugada del pasado lunes.
Una vez que separaron a los hombres de las mujeres, privaron de su libertad a siete hombres, uno de los cuales habría logrado escapar. Autoridades estatales de Jalisco no tiene conocimiento de que se haya pedido un rescate.
“No me sorprende que hayan presionado para llevar la escalada al próximo nivel (…) Y si algo de lo que creo pasa en los últimos diez días esto se va a confirmar. Estos chicos no van a esperar para devolverla”, indicó.
Jesús Alfredo Guzmán Salazar, hijo de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, lleva varios años en el radar de las autoridades mexicanas. En 2009, Estados Unidos lo acusó de tráfico de drogas en Chicago, junto a otro líderes del cártel de Sinaloa.