Paraguay finalizó ayer una turbulenta semana tras los disturbios que causaron el incendio del Congreso, en una protesta contra un proyecto para habilitar la reelección presidencial, en la que murió un joven de un balazo, en una acción de la Policía, y que fue enterrado ayer.
El epílogo de esa violenta jornada, repartida entre el viernes y la madrugada del sábado, se escribió ayer en La Colmena (centro), la ciudad natal de Rodrigo Quintana, de 25 años, fallecido durante la irrupción de la policía antidisturbios en la sede en Asunción del Partido Liberal, el mayor de la oposición.
El presidente del partido, Efraín Alegre, asistió al funeral, junto a varios senadores y al ex presidente Federico Franco, también liberal.
Durante su intervención, Alegre culpó al presidente paraguayo, Horacio Cartes, de la muerte de Quintana.