Miles de personas celebraron ayer el 205 aniversario de la Revolución de Mayo en Argentina, en una intensa jornada en la que la presidenta Cristina Fernández encabezó por octava y última vez las fiestas patrias.
La Plaza de Mayo y sus alrededores se colmaron de organizaciones políticas, universitarias, sindicales y de derechos humanos, pero también de familias que fueron a agitar banderas argentinas de todos los tamaños o a comer el famoso locro, platillo patrio por excelencia.
En el escenario montado frente a la Casa Rosada, esta tarde se presentaron artistas como la uruguaya Ana Prada; los cubanos de Buena Vista Social Club; la argentina Fabiana Cantilo y la agrupación Bersuit Vergarabat, y la banda mexicana Molotov.
El festival puso fin a la Semana de Mayo durante la cual la presidenta inauguró un espacio para la Memoria y el Centro Cultural Néstor Kirchner, entre muchas otras actividades que formaron parte de su despedida, ya que en diciembre próximo culminará sus ocho años de mandato.
La fiesta tuvo un dejo a nostalgia, ya que abundaron las camisetas, botones y carteles que recordaron que hace exactamente 12 años, el ahora fallecido Kirchner asumió la presidencia en un clima absoluto de inestabilidad.
“Pensando en vos siempre”, rezaba uno de los múltiples afiches en referencia al exmandatario que murió en 2010, de manera sorpresiva.
Cuando Kirchner llegó al poder, nadie se imaginaba entonces que Argentina comenzaría su recuperación económica y que, cuatro años más tarde su esposa sería electa como su sucesora en 2007 y consolidaría su poder político con la reelección en 2011.
Como la Constitución sólo permite dos mandatos consecutivos, Fernández ya no se podrá presentar a los comicios generales de octubre, en los cuales se definirá a su sucesor.
Sin embargo, los actos del 25 de mayo dejaron en claro que hay miles de militantes que quieren continuar lo que el gobierno llama “el proyecto”, pero antes deberán evitar que la derecha regrese al poder.
En medio del clima de campaña que se coló en la fiesta patria, destacaron los afiches en los que la pareja Kirchner se abraza, así como gigantografías de ambos colgadas en los edificios alrededor de la Plaza de Mayo.
Sobre la Avenida 9 de Julio se montó, además, una exposición con imágenes de Eva Perón, la primera dama que se convirtió en uno de los principales mitos de la historia argentina y que representa al peronismo que Fernández dice defender, basado en la justicia social.