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Cenizas de reconocido arquitecto son convertidas en joya y genera controversia entre familia y autoridades

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CON INFORMACIÓN DE POLÍTICO.MX

Luis Barragán es una de las figuras principales de la arquitectura de México y el mundo. Pero hace más de un año su nombre cobró de nuevo notoriedad por el uso de sus cenizas para transformarlas en un diamante engarzado en un anillo.

Como si la anécdota no fuera lo suficientemente retorcida, a ello se agrega un “chantaje” cultural y los reclamos de indolencia/irresponsabilidad/ausencia de la autoridad pública en esta historia.

Esto ha llevado al encono y a la fractura de la familia del propio arquitecto, así como a la comunidad cultural responsable de resguardar y difundir su legado.

De la Rotonda a la Galería

Desde 2002, las cenizas de Barragán yacían en la Rotonda de los Jaliscienses Ilustres en Guadalajara junto a otras figuras notables como José Clemente Orozco y Gerardo Murillo «Dr. Atl».

El 22 de abril de 2015, su sobrino Hugo Barragán Hermosillo solicitó al entonces presidente municipal de Guadalajara, Ramiro Hernández, permiso para “exhumar momentáneamente las cenizas de nuestro antepasado”.

La exhumación se llevó a cabo la mañana del 23 de septiembre de 2015. Allí se encontraba la artista Jill Magid quien con el consentimiento de los presentes tomó en una bolsa de plástico aproximadamente 530 gramos de los cenizas de Barragán.

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Jill Magid las llevó a Suiza para convertirlas en un diamante; un proceso por demás excéntricoque desde hace algunos años comenzó a difundirse para aquellos que, con los recursos suficientes, decidieran apropiarse de un ser querido a través de una joya.

Engarzado en un anillo, el diamante forma parte del concepto artístico “La propuesta”. Se exhibirá en el Instituto de Arte de San Francisco hasta el próximo 10 de diciembre. Todo el proceso quedó documentado en un video que se anexa en la exhibición.

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Los implicados: la ruptura en la familia Barragán

Familiares, funcionarios y la artista estuvieron presentes en el momento de la exhumación:

– Hugo Barragán Hermosillo.
– María Jaime Barragán.
– Lorenza Barragán Salin.
– Fernando Reyes García, director de panteones del municipio de Guadalajara.
– Myriam Vachez Plagnol, secretaria de Cultura del Gobierno del Estado de Jalisco.
– Pamela Echeverría Sandoval, quien dirige la Galería Labor.
– Jill Magid, la artista contemporánea estadounidense responsable del diamante.

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Otros integrantes de la familia Barragán se han posicionado públicamente en contra de lo sucedido, como Tadeo Pintado Barragán y la propia Emma Barragán, media hermana de Hugo Barragán Hermosillo, promotor del proyecto. Aseguran que no fueron invitados ni consultados.

El legado del arquitecto, bajo “chantaje”

Como si no fuera suficiente excentricidad convertir en diamante los restos de una eminencia de la arquitectura, la joya fue utilizada como medio de presión para un intercambio poco claro.

La artista ofreció la pieza a la directora de la Barragán Foundation, establecida en Suiza, “a cambio” de los archivos profesionales de Luis Barragán. Los cuales adquirieron a mediados de los años 90 en una galería de Nueva York, en la que se pusieron en venta, debido a la falta de interés para preservar el archivo tanto de coleccionistas nacionales como de las instituciones culturales del gobierno mexicano.

La Barragán Foundation rechazó la propuesta.

7 Casa estudio Barragan notas301116

Controversia por el anillo

Al conocerse públicamente la existencia de la joya, se desató un conflicto dentro de los propios promotores del legado arquitectónico de Barragán.

Tras conocerse una serie de testimonios incluido el de la artista, hay indicios de que tanto la Fundación de Arquitectura Tapatía Luis Barragán (FAT), dirigida por Arabella González Huezo, y la Casa Luis Barragán, encabezada por Catalina Corcuera, conocieron y apoyar la exhumación. Por ellos renunciaron tres miembros distinguidos del patronato de la FAT:

La promotora cultural Dolores Beistegui.
-El curador Daniel González Usabiaga.
-El renombrado arquitecto español Miquel Adriá.

El asunto ya fue difundido por diversos medios y trabajos periodísticos que dan cuenta, con testimonios del encono, que se ha generado en la familia de Barragán y la comunidad cultural.

El enredo de los funcionarios públicos

En toda esta historia no pueden dejarse de lado las autorizaciones o conocimiento de las autoridades implicadas en un proceso de esta naturaleza.

Con el traslado de las cenizas a la Rotonda, la familia Barragán cedió la custodia de los restos al Gobierno del Estado de Jalisco. El proceso de exhumación se hizo posible gracias a la intervención de la secretaria de Cultura, Myriam Vachez; falta por aclarar si ella estaba enterada y consciente de la intención premeditada de transformar las cenizas.

myriam vachez

El artículo 33 del reglamento de panteones de Guadalajara deja en claro la necesidad de una autorización de la Secretaría de Salud de Jalisco para la exhumación de restos. La dependencia niega la existencia de este permiso.

El Congreso de Jalisco también es señalado. Medios locales reportaron que en los registros del órgano legislativo aparece un oficio recibido el 8 de mayo de 2015, firmado por el entonces secretario general del Ayuntamiento de Guadalajara, Jesús Lomelí Rosas. Allí se hace una consulta a los diputados estatales para que comuniquen al municipio qué procedía ante la solicitud hecha por Hugo Barragán Hermosillo de extraer de la urna una pequeña muestra de cenizas.

El oficio se envió al Congreso por acuerdo del entonces presidente municipal de Guadalajara, Ramiro Hernández, y se turnó a la Comisión de Cultura, según consta en el Diario de los Debates de la sesión del pleno celebrada el 13 de mayo de aquel año.

Este es el panorama hasta ahora. La comunidad cultural e intelectual mexicana rechazó esta acción y el uso de carácter privado de la pieza y exige sea devuelta y colocada en la urna. Los implicados se mueven en el limbo al señalar que se trata de un asunto privado, aunque hay recursos e instituciones públicas involucradas. La opacidad, claroscuros en las motivaciones y la protección del legado de Luis Barragán son temas cruciales que deben abordarse.

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