El narcotraficante mexicano Joaquín el Chapo Guzmán puede estar lejos de las calles de Chicago, pero ha operado en ellas por mucho tiempo.
Cerca del 80% de los narcóticos ilegales que llegan a la tercerca ciudad más grande de Estados Unidos viene del cártel de Sinaloa, señaló Art Bilek, un detective retirado de Chicago que pasó 60 años en la ejecución de la ley.
«Guzman es la razón por la que tienes niños peleando en las esquinas, y disparandose entre ellos mismos», dijo.
Gran parte de la violencia provocada por armas en la ciudad puede trducirse a las drogas que vienen desde Sinaloa, la región de México en la que nació el Chapo dentro de una familia pobre rural y creció para encabezar más tarde una red global de traficantes, distribuidores, asesinos, políticos corruptos y policías pagados.
«Guzmán le ha causado daños a todos, a los drogadictos de la ciudad y de los suburbios, los testigos inocentes, los niños que llegan a involucrarse en pandillas», dijo Bilek, a cargo de la Comisión del Crimen en Chicago, una de las organizaciones cívicas más antiguas del país.
Unos gemelos leales al cártel de Sinaloa en Chicago, que solían ser los mejores traficantes de Guzmán, ayudaron a que el cártel hiciera miles de millones de dólares surtiendo múltiples toneladas de su producto: heroína, metanfetaminas, cocaína y marihuana a la ciudad.
La llegada de Guzmán a Chicago se traslada a principios del 2000, dijo Jeffrey Johnson, el director del consejo de la Comisión de Crimen en Chicago.
Chicago fue una decisión inteligente, de manera logística, para un tráficante emprendedor que quería el control no solo para una ciudad, sino para expandirse a puntos estratégicos al norte, este y oeste, dijo Bilek.
La base de operación de Guzmán en Chicago, de acuerdo con documentos de la corte, era un punto de suministro para Detroit, Milwaukee, Filadelfía, Washington D.C, Cincinnati y Columbus, Ohio, Nueva York e incluso Canadá, en Vancouver.
Él podía hacer todo esto debido a que un gran número de mexicanos vive en Chicago y Guzmán explotó esa conexión. El censo del 2000 mostró que más de 530,000 mexicanos recidían en la ciudad.
«Había un intercambio, una comunidad que él pudo explotar. No era gente que lo quería. Era en algunos casos como ‘lo haces o dañaré a tu familia'», dijo Bilek.
Guzmán reconoció que pudo tomar ventaja de la carretera entre México y Midwest. Las drogas podían esconderse a lo largo de camiones y otros vehículos que se dirgían a Estados Unidos «a diario», dijo Bilek.
«Tu mandas 10 camiones, incluso si (los inspectores) se dan cuenta que existe un problema con uno o dos camiones, tendrás la oportunidad de enviar los otros ocho. Era una armada completa de coches, camiones y motocicletas».
Ahora Jack Riley, subdirector administrador de la DEA en Wahington, dijo a CNN que Guzman tiene una «habilidad de entrar como socio en las compañías, negocios, con casi 150,000 miembros pandilleros que viven de la cocaína, mentafetaminas y heroiína en las calles».
En Chicago, 83% de los hombres arrestados por crímenes en 2013 dieron positivos en el uso de las drogas, de acuerdo con la oficina del Control de Drogas de la Casa Blanca.
El encarcelamiento por años del narcotraficante, incluyendo su tiempo en la prisión de México en febrero de 2014 hasta que escapó este sábado, no ha abatido el flujo de drogas en la ciudad, dijo Bilek.
«La DEA y el FBI trabajan a su máximo y los jueces otorgan fuertes sentencias», dijo. «Es muy complejo».
Bilek no tiene una solución. No está seguro de que exista una.
No es por no intentarlo a través de los años. En 2009, el Departamento de Justicia de Chicago acusó a Guzmán de conspirar en la transportación de narcóticos a lo largo de las fronteras internacionales.
Es el enemigo público número 1 en Chicago, dijeron miembros de la Comisión de Crimen en Chicago y está semana dijeron que quierían extraditarlos a EU en caso de ser atrapado.