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Ciencia para el pueblo: una nueva oportunidad para la LV legislatura

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¿Por qué a los morelenses nos debe importar que hacen o dejan de hacer los científicos?

 

Primero, porque estamos plagados de graves y complejos problemas de distinta naturaleza: pobreza y enfermedades, contaminación y cambio climático, servicios públicos deficientes e indignos, inseguridad y violencia, falta de medicinas y vacunas, desempleo y falta de competitividad de las empresas morelenses, por mencionar sólo algunos ejemplos. Bueno, las soluciones a estos problemas las deben y pueden generar los científicos, desde la ciencia y no desde la ocurrencia como lamentablemente ocurre por no sumarlos a la toma de decisiones.

 

La ciencia es la mejor forma de garantizar que una idea y su implementación no sea una estupidez y tenga éxito. Tenemos para ello a cientos de científicos en el estado, especialistas en una amplia variedad de áreas del conocimiento, súmenle los miles que hay en el país. Pero las autoridades no hacen uso de ellos, esto no puede continuar. El propio Programa Especial de Ciencia y Tecnología del Gobierno del Estado de Morelos 2019-2024, así lo reconoce:

 

“Morelos es reconocido por su fortaleza en su sistema de ciencia y tecnología, al contar con 1,122 investigadores pertenecientes al Sistema Nacional de Investigadores, 40 instituciones de investigación y más de 250 laboratorios de investigación, sin embargo, esta fortaleza se ha reflejado insuficientemente en el sector social y empresarial.”

 

Segundo, los salarios y estímulos de nuestros científicos son pagados con recursos públicos, tanto federales como estatales, así que como ciudadanos, legisladores, comunidades y sociedad, nos debe interesar qué están haciendo para nosotros y cómo lograr que su trabajo se realice en las mejores condiciones y rinda los mayores beneficios ¿o te gusta regalar el dinero? Tener científicos no es un lujo absurdo, ellos son parte medular de cualquier sociedad moderna que genera y aplica conocimiento de forma soberana y para beneficio de los ciudadanos. Esta soberanía es tanto nacional como estatal, lo menciono porque también nos hemos vuelto comodinos a que solo el gobierno federal participe en aportaciones en esta materia y los gobiernos estatales y municipales se hacen patos.

 

Tercero, tenemos derecho a ello, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su Artículo 3º así lo indica: “Toda persona tiene derecho a gozar de los beneficios del desarrollo de la ciencia y la innovación tecnológica. El Estado apoyará la investigación e innovación científica, humanística y tecnológica, y garantizará el acceso abierto a la información que derive de ella, para lo cual deberá proveer recursos y estímulos suficientes, conforme a las bases de coordinación, vinculación y participación que establezcan las leyes en la materia; además alentará el fortalecimiento y difusión de nuestra cultura;”

 

 

 

Se instala Comisión Legislativa de gran importancia.

 

El pasado 15 de septiembre se instaló la Comisión de Ciencia e Innovación Tecnológica del H. Congreso del Estado de Morelos, presidida por los diputados Oscar Cano Mondragón (PAN) con Ariadna Barrera Vázquez (MORENA) como secretaria y Alejandro Martínez Bermúdez (MORENA), Érika Hernández Gordillo (RSP) y Tania Valentina Rodríguez Ruíz (PT) como vocales. Erick Uriel Vera García, suplente del Dip. Cano como secretario técnico.

 

El Congreso, a través de esta comisión, tiene una oportunidad de revisar el marco legislativo vigente y hacer las adecuaciones necesarias para garantizar que existan políticas públicas que permitan que los científicos morelenses y en general de todo el mundo, participen activamente en dar a los morelenses el acceso a los beneficios de la ciencia y la innovación tecnológica, garantizado constitucionalmente. Esta Comisión puede iniciar su trabajo revisando la Ley de Innovación, Ciencia y Tecnología para el Estado de Morelos, pero hay muchas otras. También tienen la oportunidad para asignar por ley un porcentaje fijo del presupuesto de egresos estatal para ciencia, tecnología e innovación, tal y como ocurre en la Ley Federal de Ciencia y Tecnología que mandata un gasto anual de 1% del Producto Interno Bruto en la materia. Este planteamiento solo parecerá absurdo para quienes no tiene idea de lo trascendente que es la inversión en este rubro para consolidar un estado moderno y soberano y para quienes no conocen las amplias capacidades estatales en la materia. Morelos es el estado con el mayor número de científicos por piocha a nivel nacional y se gobierna como si no existieran.

 

Miren, el Presupuesto de Egresos del Gobierno del Estado de Morelos 2021 fue de 27 mil 144 millones 791 mil 961 pesos, de los cuales se destinaron solo 31 millones 139 mil 752 pesos a Ciencia y Tecnología ¡Sólo el 0.1%! (Presupuesto Ciudadano, Secretaría de Hacienda, Gobierno del Estado de Morelos). Este es un monto ridículo para salir del profundo hoyo en el que estamos y aún más cuando tenemos a la mano a los mejores científicos e instituciones educativas y científicas de calidad en el país.

 

Lo que les puedo decir es que los científicos morelenses que son profesionales contra las ocurrencias no están eficientemente vinculados a los diagnósticos de las problemáticas sociales ni a la toma de decisiones que las autoridades realizan a nivel estatal o municipal. Ni gobernadores ni presidentes municipales, ni miembros de sus gabinetes, ni tampoco legisladores, consultan de forma sistemática y suficiente a las universidades públicas y a sus científicos para entender de forma precisa y racional los problemas que enfrentan y así desarrollar soluciones conjuntas inteligentes, científicamente sólidas y políticamente aptas. Hacer esto hoy depende mucho de la voluntad de quien ocupa el cargo, desafortunadamente, las voluntades son pocas. Esto, en mi opinión, conduce a que la gravedad de las ocurrencias en la administración pública sea mayor, a que se tomen decisiones que no resuelven de fondo los problemas y que solo gestionan el caos o lo agravan.

 

Ahora bien, como lo he dicho, aplicar la ciencia es una tarea conjunta con la clase política. Los científicos podemos ser muy fregones en entender un problema y generar las soluciones, pero los políticos son quienes saben cómo implementarlas de la mejor forma dentro de las complejidades sociales y culturales. La mejor solución científica puede no serlo si no se entiende el contexto social para hacerla realidad, incluyendo los marcos normativos necesarios. Por ello, políticos y científicos nos necesitamos para cumplir nuestras funciones; debemos conocernos y desarrollar un lenguaje que nos permita generar acciones conjuntas, a través de interlocutores especializados y nuevos espacios de vinculación. Una idea que me parece genial en este sentido es la creación en los Congresos de Oficinas de Vinculación Científica-Legislativa que se han instalado en muchos países avanzados y que se han propuesto en México. Platicamos de ello en una entrevista con la Dra. Alma Cristal Hernández.

 

Espero que la Comisión de Ciencia y Tecnología del H. Congreso del Estado de Morelos inicie sus actividades por un diagnóstico del estado que guarda la actividad en materia de ciencia, tecnología e innovación en Morelos y que lo haga bajo un esquema de participación ciudadana, acompañado de la iniciativa privada y las instituciones científicas, estatales y nacionales, pero sobre todo con un diálogo horizontal con los científicos morelenses, sin intermediarios cupulares ni foros o fotos que solo sirven de maquillaje o simulación para la nota del día. Que a partir de ese diagnóstico se defina una agenda legislativa intensa y dinámica que atienda garantizar el derecho constitucional de los morelenses a recibir los beneficios de la ciencia y la innovación tecnológica. Necesitamos presupuestos acordes y legislación clara, incluyente y comprensible, hecha para los ciudadanos y que se conozca en todos los ámbitos. Esto último es muy importante ya que muchos errores han ocurrido porque los funcionarios no conocen lo que dicen las leyes, incluso las locales, causando omisiones o acciones erróneas.

 

Creo que las condiciones están dadas para una etapa muy constructiva, considerando esta nueva legislatura y la voluntad del ejecutivo en turno que, a través del Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Morelos puede también generar iniciativas en la materia. Desafortunadamente, por lo que observamos en la composición de la Comisión de Ciencia e Innovación Tecnológica, no parece ser una prioridad para el ejecutivo estatal (vean la composición de las comisiones “importantes”), lo cual es acorde con el desmantelamiento de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología que tuvo lugar al inicio de la administración del gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo. Pero esta situación es una gran oportunidad de generar el cambio que la sociedad morelense demanda y que todos los legisladores deben atender, oficialistas y oposición, iniciando por analizar con seriedad el asignar el 1.5 % del presupuesto de egresos 2022 para ciencia e innovación tecnológica. Esto correspondería a un monto de 407 millones de pesos con respecto al presupuesto de egresos pasado. Claro, aplicándolo con transparencia y rendición de cuentas, sino pues sale peor el remedio.

 

Interesante notar que, si el Poder Legislativo o Ejecutivo no atienden este tema, el Poder Judicial también tiene la responsabilidad y capacidad de intervenir, sobre todo cuando implica la violación de nuestros derechos constitucionales.

 

No obstante, todo lo anterior, la principal razón de rectificar la forma en que insertamos la ciencia en las decisiones políticas es que estamos hundidos en problemas y es absurdo, hasta criminal, no movilizar a nuestros recursos humanos de formación científica que están ampliamente capacitados para ayudarnos a generar y concretar las ideas exitosas que necesitamos para avanzar. Este capital humano de alta especialización se ha ido debilitando a lo largo de los años y está migrando a otros estados por falta de oportunidades en Morelos. Entendamos que la cantidad de científicos que tenemos es un privilegio y lo estamos perdiendo, ¿vamos a dejarlos ir?

 

El Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México, ícono de las capacidades científicas morelenses, acaba de abrir su Aceleradora de Negocios ¡Pero en Hidalgo! El gobierno del Estado de Hidalgo y su gobernador Omar Fayad, han hecho de la ciencia y la tecnología un eje de transformación social e impulso económico, creando así un ecosistema muy atractivo al que se están sumando instituciones públicas y empresas, generando empleos y conocimiento ¿Y Morelos?

 

Estoy convencido que los políticos y no los científicos son los principales responsables de lograr la transformación social desde el conocimiento, por una sencilla razón, son los políticos los que tienen el poder y mientras ese poder no abra las puertas ni de la bienvenida a los científicos, nosotros como científicos poco podemos hacer más que hacer el trabajo que nos toca, con lo que hay, lo cual es poco y en una contracorriente desgastante. Al final del día, a quien afecta esta situación es a todos los ciudadanos que no pueden acceder a una mejor calidad de vida porque no tienen las soluciones que les permitan hacerlo. Toca también a los ciudadanos exigir que quienes los representan actúen a favor de los intereses del pueblo y me parece que gozar de los beneficios de la ciencia y tecnología debe ser una prioridad ciudadana.

 

Esperemos que la LV Legislatura lo entienda y lo haga bien, que no sea de nuevo una comisión relegada que nadie pela. Es, muy por el contrario, una gran oportunidad política para quien tenga la capacidad de ver más allá de sus narices.

 

 

 

 

 

 

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