La matanza en el centro Inland, donde una pareja musulmana asesinó a 14 personas “se trató de un acto de terrorismo diseñado para matar a gente inocente”, dijo el presidente estadounidense Barack Obama en un discurso desde la Oficina Oval de la Casa Blanca.
Obama dijo que el ataque en San Bernardino es parte de una “nueva fase” del terrorismo que su gobierno pretende abordar y derrotar, pero se negó a emprender “una larga y costosa guerra” para lograrlo.
“Hasta ahora no hemos encontrado que los asesinos fueran dirigidos por una organización terrorista en el exterior”, pero dijo que “la amenaza de terrorismo ha evolucionado hacia una nueva fase”.
“Destruiremos a ISIL (otro nombre para ISIS) y a cualquier otra organización que intente hacernos daño”, aseguró el presidente.
Esta inusual alocución refleja la creciente ansiedad de que la amenaza de ISIS haya llegado a tierras estadounidenses después de un tiroteo masivo en San Bernardino, California, que terminó con la muerte de 14 personas y dejó a 21 más heridas. Las autoridades están investigando este incidente como un «acto de terrorismo».
La aparición de Obama llega en un momento de inquietud pública sobre el terrorismo y sobre el manejo político que se le da a una posible amenaza. Además hay una campaña presidencial en curso.
El presidente de EU se comprometió este domingo a revisar el programa de exención de visado y sugirió la implementación de controles de frontera, y pidió ayuda a las empresas de tecnología para lograrlo.
También pidió al Congreso estadounidense reconsiderar las leyes de portación de armas y revisar que las personas en la lista de exclusión aérea no puedan obtener un arma, para «que se más difícil matar».
La gravedad de la ocasión está marcada por la decisión de Obama de usar el poder simbólico de la Oficina Oval por tercera vez en su presidencia, después de las alocuciones del derrame en el Golfo de México y el fin de la Guerra de Iraq en 2010.