Las pérdidas de restauranteros por la emergencia sanitaria al decretarse al estado en alerta máxima por contagios de Covid-19 fueron mayúsculas, porque solo fue permitido el aforo del 25 por ciento de los comensales, afirmó la presidente de la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac), Griselda Hurtado Calderón.
Aun con las bajas ventas, destacó que pudo pagarse la nómina y prestaciones sociales de sus trabajadores, con la espera de que haya los apoyos –hasta ahora- sin llegar por parte del gobierno estatal.
En entrevista, declaró que antes de concluir el año unos 35 establecimientos dedicados a la venta de comida cerrarán sus locales, porque ante la falta de apoyos del sector oficial tuvieron que acudir al empréstito y al carecer un plan de desarrollo económico en la entidad, simplemente, hay quiebra de negocios y con ello aumento al desempleo.
