Un enfermero de 26 años fue condenado a cadena perpetua por el homicidio de dos pacientes y también por el intento de asesinato de otros seis, durante el 2020 en Alemania; lo hizo para descansar.
En medio del juicio, el condenado admitió haber inyectado sedantes a los pacientes del hospital de Múnich por una razón que dejó atónitos, sobre todo, a los usuarios de redes sociales que conocieron la historia.
Según lo que se pudo conocer, el enfermero era conocido por tener una activa vida nocturna, que estaba ligada, principalmente, al consumo de alcohol.
En este nuevo empleo, y pese a los turnos que tenía, el joven siguió con su estilo de vida, por lo que solía llegar con resaca al trabajo, informó.
Precisamente en este contexto es que solía molestarse, especialmente, cuando había mucha actividad en el hospital. A partir de allí, le administraba sedantes a los pacientes.
Así fue como se descubrió, entonces, que el enfermero actuó de esta manera para «poder tener turnos más tranquilos» y también poder estar en su celular.
Durante la audiencia, el joven confirmó lo antes mencionado y señaló que «como estaba borracho, solo tenía una opción: hacerlos callar«, sin embargo, al no mostrar arrepentimiento recibirá su sentencia.