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¡Guayabazos!-Atraco en despoblado…

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Por fin en esta semana se aprobó el Presupuesto de Egresos para el Ejercicio Fiscal 2020 en el Estado de Morelos. En votación unánime los 20 diputados locales, la mayoría de 13 más las 7 de oposición decidieron que sí, que estaba bien incrementarle más de 2 mil millones pesos de presupuesto al ejercicio fiscal 2020, otorgando el beneficio de la duda a un gobierno que no da resultados y que vive en una especie de fantasilandia donde todo está bien.

A decir de los funcionarios del gobierno del estado, la inseguridad va a la baja. Es cierto, hay algunos rubros aislados que funcionan mejor, pero en la mayoría, sobre todo los más sensibles como la desbordada inseguridad, los resultados pobres afectan la estabilidad, el crecimiento económico y la paz ciudadana de Morelos.

Hay muchos claroscuros en este paquete fiscal, comencemos por el Congreso. Si bien es cierto que hubo una reasignación por parte de los diputados de alrededor de 500 millones, mismos que significaron una disminución a diversas áreas entre ellas el mismo Congreso y al ejecutivo, y, que dichos recursos se reorientaron a rubros como salud, desarrollo agropecuario y educación; el Legislativo hizo evidente la crisis interna que lo mantiene paralizado.

En todo el país, comenzando por el Congreso Federal y las otras 32 entidades federativas, el paquete fiscal fue aprobado en tiempo y forma. Antes del 15 de diciembre los Congresos locales ya habían aprobado las Leyes de Ingresos y los respectivos Presupuestos de Egresos, además, considerando los calendarios de todas las Leyes Orgánicas Legislativas, se aprobaron primero las Leyes de Ingresos y luego los Presupuestos de Egresos. Esto tiene una razón lógica.

Primero tienes que saber de cuánto dinero vas a disponer y eso se define en la Ley de Ingresos, y ya que sabes cuánto dispones, defines en qué te lo gastas, además para los estados y municipios el monto de los recursos federales que dispondrán es una base sólida para la conformación de su presupuesto. Por eso, el Presupuesto Federal se aprueba el 15 de noviembre.

Así pues el Congreso de Morelos, contra toda técnica jurídica, primero aprobó el Presupuesto de Egresos 2020 y luego se atoró en la aprobación de las Leyes de Ingresos de los Municipios, además lo hizo mes y medio después de que venciera el plazo para hacerlo, es decir, a finales de enero. Por último, el Congreso sostuvo la retención del 5% de las participaciones federales de los municipios que supuestamente utilizan para el presupuesto del Mando Coordinado (2.5%) y del Fondo de Infraestructura y Pago de Laudos (2.5%), programas que desde su creación en la administración pasada, han dado nulos resultados y que en la actual administración incluso han sido negativos, y, aunque algunos diputados quisieron venderle la idea a los presidentes municipales que estaban con ellos y comprendían su drama, la realidad es que los 20 acordaron con el ejecutivo, aunque hayan vendido lágrimas de cocodrilo. Por eso el voto unánime en la aprobación del presupuesto.

Seguimos con el Gobierno del Estado, y es que cómo pretende el ejecutivo estatal retener éste dinero a los municipios que tan solo en 2019 significaron más de 130 millones que no se tradujeron en mejor seguridad ni en que los municipios enfrentaran sus laudos laborales, sino todo lo contrario. El primer año de la presente administración estatal pasó de noche, por cierto, noche insegura y violenta, con incrementos en la incidencia delictiva en algunos casos de 30%.

¿Cómo puede una administración con resultados nulos proponer ampliar el Presupuesto en más de dos mil millones de pesos?

Y por último los municipios. Tienen razón los municipios en cuestionar la retención del 5% que en algunos municipios hubiera sido mejor que los administraran ellos mismos, en materia de seguridad y en materia de laudos laborales, como es el caso de Yautepec, Jiutepec y Jojutla, cuyas administraciones han demostrado ser de las mejores del estado.

Por otro lado, los munícipes debieron prever la resolución de la Suprema Corte que eliminó el inconstitucional impuesto adicional del 25%. La realidad es que desde sus propuestas de Leyes de Ingresos de 2019, algunos municipios incluyeron argucias para disfrazar incrementos.

Desde la manipulación del valor de la UMA (Unidad de Medida y Actualización Fiscal), hasta incrementos en algunos impuestos y pagos de derechos. Pero el golpe que les ocasiona en sus finanzas el no pago del 25% del impuesto adicional no puede ser cubierto con nuevos costos para la ciudadanía.

Mientras que el gobierno federal apuesta a la austeridad y a no cobrar nuevos impuestos, los gobiernos municipales de Morelos parece que van en sentido contrario.

Por otro lado y a reserva de verificarlo una vez que se publique el Presupuesto recién aprobado, información que por cierto debe publicarse en la página del Congreso inmediatamente después de su aprobación, los municipios recibieron sendos incrementos en sus participaciones federales y en al menos tres de los fondos federales, incrementos que debieron ser del 8% y que en conjunto representan más o menos lo que recibían por el impuesto adicional.

Pero en esta crisis del reparto de los dineros públicos, el ciudadano de a pie sólo ve pasar el tiempo y el dinero sin que eso se traduzca en mejor infraestructura, mejores servicios públicos, mayor crecimiento económico y mejor seguridad. Y aun así quieren que pague más.

POR CARLOS CALTENCO

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