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¡Guayabazos! Culiacán y el atentado contra la Familia LeBaron, huele a desestabilización…

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Por: Carlos Francisco Caltenco Serrano

En toda América Latina hay diversas y suficientes evidencias de las acciones de desestabilización que las agencias gringas, principalmente la CIA (Agencia Centra de Inteligencia) y la DEA (Agencia contra las Drogas), hacen en contra de gobiernos que son contrarios a los intereses gringos. Dicha intervención se hace de forma sutil, entregando información privilegiada a gobiernos y a bandas de narcotraficantes; como de forma abierta y descarada, en donde la CIA financia operaciones con dinero cobrado a las bandas de narcotraficantes a cambio de protección institucional a través de sus bastas redes de complicidad con gobiernos, principalmente de derecha.

La revista PROCESO por ejemplo, reportó el 4 de diciembre de 2012, la cobertura institucional que era dada a bandas de narcotraficantes chilenos, cuyas cuotas eran utilizadas para financiar las acciones de desestabilización en contra de Rafael Correa, entonces presidente de Ecuador, que se perfilaba para su reelección. Estas bandas contaban con la cobertura del gobierno del derechista Sebastián Piñeira, presidente de Chile, hoy exhibido en todo el mundo como un represor desalmado. Recordemos también del escándalo público en la década de los ochestas que en Estados Unidos resultó el caso Irán Contras, que reveló que el eslabón entre Irán y la Contra Nicaragüense que se encargaba de proveer el dinero y llevar las armas, era nada más y nada menos que el Cartel de Guadalajara mexicano, del poderosísimo Miguel Ángel Felix Gallardo, como parte de la operación de desestabilización en contra del gobierno sandinista nicaragüense.

Anabel Hernández, periodista que domina como pocos en México el tema del narcotráfico, da cuenta en su libro “Los Señores del Narco” de la fuerte vinculación entre la CIA, la entonces DFS (Dirección Federal de Seguridad) y luego el CISEN (Centro de Investigación en Seguridad Nacional) en dicho fenómeno de seguridad. Pero las razones más fuertes para especular sobre ésta situación, es el contexto internacional actual.

Desde hace tres meses, América Latina sufre fuertes convulsiones sociales en países con gobiernos de corte neoliberal, debido al agotamiento de éste sistema. En Brasil, las mujeres se movilizaron ante el escandaloso discurso misógino de su presidente Jair Bolsonaro. Después, los Ecuatorianos salieron a las calles ante el aumento en el precio de los combustibles y el transporte. Millones de personas lograron echar atrás esas intentonas. Recientemente en Chile, estudiantes y trabajadores tomaron las calles ante los incrementos al transporte, que fueron reprimidas por los carabineros chilenos, lo que ya ocasionó una verdadera insurrección nacional en contra del neoliberal Sebastián Piñeira a quien le exigen su renuncia.

Además, en las pasadas elecciones en Bolivia, Evo Morales, presidente indígena ganó nuevamente las elecciones en primera ronda, mismo que se ha destacado en el mundo por ejercer un gobierno soberano en materia de energéticos y minería, que ha permitido la participación de empresas extranjeras siempre y cuando Bolivia conserve la mayoría accionaria de las empresas creadas. Y en Argentina, la dupla Fernández, de Alberto y Cristina, ganó las elecciones derrotando al derechismo neoliberal argentino, también en primera ronda.

Llama la atención que, de acuerdo a la información oficial, el Grupo de Análisis e Información del Narcotráfico, de la SEDENA, recibió información privilegiada por parte de la DEA, unos días antes del intento de captura de Ovidio Guzmán en Culiacán. Como si la agencia gringa tuviera urgencia de que se iniciara una acción militar en dicha ciudad. Tres días después el presidente Andrés Manuel felicitaba a Evo Morales por su triunfo, lo que era un reconocimiento implícito a su nuevo periodo de gobierno. Llama la atención que el atentado contra la familia LeBarón, se haya dado un día antes de la visita de Alberto Fernández, presidente electo de Argentina visitara México y que el organismo creado por diferentes líderes de izquierda de América Latina denominado Grupo Puebla, del que forman parte López Obrador, Alberto Fernández y el mismo Rafael Correa, se reúna los días 8, 9 y 10 de noviembre.

Tal parece que los dos hechos no son actos aislados y, después de las declaraciones del presidente  gringo Donald Trump y la editorial del Wall Street Journal, periódico financiero de EU, recomendaran y justificaran una intervención militar en México, con el pretexto de detener al narcotráfico, fenómeno creado por cierto, por la demanda de estupefacientes que tienen los mismos Estados Unidos. Ya con Peña Nieto tuvimos situaciones similares, dos días después de que el entonces presidente de México anunciara un acuerdo estratégico con Petrobras para explotar yacimientos profundos, ocurrió una extraña explosión en el estacionamiento de la Torre de Pemex.

Huele mal, huele a intervencionismo gringo.

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