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¡Guayabazos! – Óscar Chávez y el fin de una época

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Carlos Francisco Caltenco Serrano

Ayer 30 de abril se dio a conocer del lamentable deceso de Óscar Chávez, actor y cantautor mexicano que marco al menos a tres generaciones en éste México de revoluciones interrumpidas. Congruente con su manera de pensar y sus canciones, representativo de su generación, la del 68 mejor conocida como los Baby Boomers, pero también de la Generación X y en menor medida de los llamados Milenials. La razón es sencilla, su música siempre estuvo al lado de las luchas populares de éstas tres generaciones. Casi desapercibido mediáticamente, pero muy presente entre muchos de nosotros, nacidos entre 1950 y el año 2000.

El también conocido como el Caifan Mayor, nació el 20 de marzo de 1935 en la Ciudad de México. Es precisamente en la película de Los Caifanes (1966) que Óscar logra una de sus más grandes realizaciones al musicalizar un tristísimo poema de José Martí: La Niña de Guatemala, poema compuesto por el prócer cubano que retrata la trágica historia de uno de sus amores, la guatemalteca María García Granados. Lo que dice el poema hecho canción es, aunque parezca ficción, muy aproximado a la realidad. Y esta canción fue la que me sedujo de Óscar Chávez y por la que llegue a escuchar su música como lo hicimos muchos jóvenes de nuestra época.

Resulta que el 19 de noviembre de 1984 mi hermano Raúl nos invitó a mi hermana Lulú y a mí a un concierto denominado “Canción por la Unidad Latinoamericana”. Dicho concierto se celebró en el entonces Estadio de Futbol del Atlante, en la calle de Holbein, en la Cd. de México. Celebrábamos ese día el cumpleaños 17 de mi hermana y tocaron un sin número de estrellas del movimiento de música llamado nueva trova latinoamericana: Sanampay (grupo en el que entonces participaban Eugenia León, Guadalupe Pineda y Hebe Rosell), Amparo Ochoa, Óscar Chávez, Mercedes Sosa, Pablo Milanés y Silvio Rodríguez. El concierto comenzó alrededor de las 18:00 hrs. y concluyó después de la media noche. Yo tenía 15 años y fue la primera vez que escuche a todos ellos. En la madrugada de ese 19 de noviembre ocurrió la tragedia de San Juanico, en el Estado de México.

Los recuerdos que me trae la música de Óscar Chávez son muchos y muy variados. Llenos de nostalgia y en su mayoría buenos y trascendentales momentos de mi vida. Cuando lo escucho, recuerdo serenatas y bohemias memorables. Y no es para menos, su música acompaño por ejemplo, las guardias del movimiento estudiantil del 68. La crítica caustica característica de algunas de sus parodias como “La Casita” o el romanticismo idealista de canciones como “Por ti”, empataron a la perfección con el pensamiento y los sentimientos de tres generaciones en lucha. Los estudiantes del 68 no fueron los únicos. Después nos tocó a los de los 80’s acompañarnos con esa música. Recordemos que también en esa década, la juventud de la Ciudad de México estallo en grandes movimientos solidarios como la reconstrucción de la ciudad después del terremoto del 85. Movimientos estudiantiles como el del CEU de la UNAM o el de 1987 en el IPN, de los que por cierto surgieron grandes políticos de hoy como Claudia Sheinbaum. Y la música del Caifan no se detuvo ahí. Don Oscar Chávez, ya entrado en sus convicciones, acompaño la lucha del EZLN con canciones como “Marcos Hall”. Recientemente acompañó al grupo Panteón Rococó en 2017 en un palomazo memorable de ésta canción. Por si fuera poco, en su repertorio figuran canciones en solidaridad con los refugiados de la Guerra Civil Española, con el Movimiento Palestino, con Centroamérica, con la lucha de la Guerrilla Guerrerense.

Recuerdo que mi hermano me dijo un día: Dicen que Óscar Chávez tiene listo un amparo por cada uno de sus conciertos, y es que en el México de hace apenas 40 años, no había libertad siquiera para cantar. Por tal razón podemos decir con justeza que Óscar Chávez es en buena medida, constructor de éste México de libertades y que su música trascenderá, como ya trascendió el hombre que murió el 30 de abril de 2020 y que con su ausencia física termina una época.

Dicen que nos lo arrebató el Covid 19, dicen que murió de frío, yo sé que murió de amor. Descanse en Paz.

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