Sintonízanos
Lun-Vie de 7:00-9:00 am en 103.7 Fm🎙

Historia de las epidemias en México; La conquista de México

Fecha

El extraordinario fraile Bernardino de Sahagún (1499-1590) llegó a Nueva España en 1529, aprendió el náhuatl y organizó grupos de indígenas viejos y sabios para reconstruir con ellos la historia prehispánica. Aunque el franciscano tenía claro que las viruelas fueron traídas por los conquistadores, es interesante que sus informantes indios presentaban con cierta contradicción al “dios llamado Xipe Tótec, que quiere decir desollado”:

         “Atribuían a este dios las viruelas; también las postemas y la sarna; también las enfermedades de los ojos. Todos los que eran enfermos de alguna de las enfermedades dichas, hacían voto a este dios de vestir su pellejo cuando se hiciese su fiesta. Todos iban vestidos de pellejos de hombres que habían muerto [sacrificados] y desollado en aquella fiesta, todos recientes y sangrientos y corriendo sangre”.

Salta a la vista que a un dios prehispánico no podía atribuírsele la viruela traída por los españoles. O quizá, cuando Sahagún trabajaba con sus informantes ya supuestamente evangelizados, ellos le atribuían la viruela -recién conocida por los indios- a su vieja deidad en la que aún creían…

Mucho se ha insistido en que la guerra de conquista que impuso Hernán Cortés a los aztecas fue ganada no solo por la pólvora, los caballos y los aliados indígenas del conquistador (tlaxcaltecas, cempoaltecas y treinta pueblos más, enemigos de los tenochcas), sino por la epidemia de viruelas que trajeron los españoles y que diezmó en 1520 a los mexicas.

Cuando Hernán Cortés deja la ciudad de México Tenochtitlán para combatir a Pánfilo de Narváez en las costas veracruzanas -quien había sido enviado por el gobernador de Cuba para apresarlo-, no imaginó su fácil victoria sobre Narváez. Tampoco sospechó que entre las tropas españolas que venció y que de inmediato se le unieron, hubiera un negro llamado Francisco de Eguía, enfermo de viruela. Regresó Cortés a México, donde Pedro de Alvarado había perpetrado la matanza del Templo Mayor contra aztecas desarmados; el pueblo se subleva, muere Moctezuma de una pedrada y Cortés con los suyos debe huir en la desastrosa Noche Triste. Escaparon derrotados, pero dejaron entre los mexicas el virus de la viruela que en pocos meses diezmaría a los indígenas, incluido entre las víctimas el emperador Cuitláhuac, sucesor de Moctezuma.

En la tercera Carta de relación que Cortés envió al emperador Carlos V, le informa acerca de la influencia política y militar que tenía entre los indígenas y, solo de paso, se refiere a la epidemia de viruela:

“Envié toda la gente de a pie a la ciudad de Tlaxcala, adonde se hacían los bergantines [para sitiar Tenochtitlán], y yo con veinte de caballo me fui aquel día a dormir a la ciudad de Cholula, porque los naturales de allí deseaban mi venida; porque a causa de la enfermedad de las viruelas, que también comprendió a los de estas tierras como a los de las islas, eran muertos muchos señores de allí, y querían que con su parecer y el mío se pusiesen otros en su lugar”.

Facebook
Twitter
WhatsApp

Más
Noticias