Por Carlos Francisco Caltenco Serrano
El día martes 25 de junio fue relevado de su encargo Guillermo López Ruvalcaba como Secretario de Desarrollo Agropecuario en el Estado de Morelos. Aún por la mañana el ex funcionario señalaba que la demora en la entrega del fertilizante a los campesinos de Morelos se debía a la depuración del padrón de productores, algo poco creíble si consideramos que ya es junio y que el titular tuvo desde octubre pasado para encargarse del asunto. A mediodía, en conferencia de prensa, el gobernador anunciaba su relevo designando como titular a Margarita María Galeana Torres. En dicha conferencia se deslizo la versión de que la razón del movimiento es la entrada en vigor de la nueva Ley de Paridad de Género aprobada por el Constituyente Permanente, lo cual es una falacia porque un principio fundamental de la Ley es la no retroactividad en la aplicación. En pocas palabras, es el primer funcionario que no encaja con los planes del gobierno de Cuauhtémoc Blanco y, qué coincidencia, era también el único funcionario de primer nivel abiertamente militante de Morena.
Si bien esto puede parecer un movimiento natural, en realidad parece estar representando la ruptura que viene gestándose entre el gobierno local y el federal casi desde el comienzo de ambas administraciones. Por cierto, los dos gobiernos emanados de la Coalición Juntos Haremos Historia. Hay varios aspectos que permiten suponer esta ruptura. A principios de mes, el Presidente Andrés Manuel convocó a todo el país, a la unidad nacional en torno al conflicto generado por el presidente gringo Donald Trump. Aún y cuando la amenaza arancelaria se desactivó, el presidente sostuvo la convocatoria, en la que se esperaba a los gobernantes y legisladores de todas las fuerzas políticas, pero principalmente, de los que resultaron triunfadores por la coalición que encabezó el peje. El Gobernador Cuauhtémoc Blanco desdeñó la invitación a la que era la principal convocatoria que hacia el presidente Andrés Manuel desde que tomó protesta y prefirió asistir a un partido de futbol en la Cd. de México. Antes ya había otros desaguisados. Recordemos el temprano distanciamiento entre la bancada de Morena y la del Partido Encuentro Social en en el Congreso Local de Morelos. También el no incluir a militantes y cuadros de Morena en el gabinete estatal, lo que incluso provocó una disputa verbal con Yeidckol Polevnsky.
Pareciera que el Gobernador quiere repetir la misma estrategia que le funcionó con Graco: distanciarse y victimizarse en un pleito con el poder superior, en esta ocasión, con el presidente de la república. Lo interesante es que el Presidente, a lo largo de todos estos sucesos, inteligente como es, no solo no se ha enemistado con el gobernador, sino que ni siquiera lo ha confrontado ante las evidentes muestras de divisionismo. Además le ha reiterado su apoyo institucional. Un ejemplo muy claro es el hecho de que ante la incapacidad del gobierno estatal para atender con prontitud y eficacia la ola delictiva, el presidente ha colocado a Morelos como prioritario en el actuar de la Guardia Nacional, precisamente lo que había solicitado el gobernador. Ante esta conducta del presidente, insistir en provocar y confrontarse con Morena solo está logrando, a diferencia de lo que ocurrió con Graco, que Cuauhtémoc exhiba el perfil de gobernante de derecha, por cierto muy distante de la Cuarta Transformación y su cada vez más notorio carácter arrebatado y broncudo. Este domingo el peje está convocando a un mitin conmemorando el primer año de la elección que les dio a ambos el triunfo. Ya veremos si la ruptura es profunda, al menos por parte del gobernador, si es que no asiste. Porque para pelear hacen falta dos y todo parece indicar que el presidente ya está muy curtido como para caer en provocaciones.