No fui criada para que mi única razón o expectativa en la vida fuera ser mamá tuve pocas muñecas tipo bebé y no era mi juego favorito. Recuerdo que cuando comencé la maternidad- crianza me parecía la obra más increíble que una mujer podía llevar a cabo en su vida. Ahora no opino ni por asomo eso. Me explico sobre la no- maternidad elegida, las mujeres somos creadoras de más proyectos de vida que el de ser mamás Ser madre o no, no indica la calidad de desarrollo de la vida de una mujer. Creer lo contrario es lo que hemos ido asimilando de manera cultural pero es necesario que cada una nos reformulemos nuestra vida y nuestra posición ante la maternidad- crianza, para tomar decisiones libres y por libres quiero decir propias.
Hay muchas mujeres que deciden no ser mamás y esto no las hace menos mujeres, menos exitosas o malas personas simplemente es así, son mujeres pero no son madres. Y alrededor de ellas hay un cumulo de presión para que lo sean, comentarios de que ya no van a poder y se van a amargar, se van a quedar solas, etc. Todos absurdos, conozco muchas mujeres sin hijos e hijas, plenas, felices y exitosas.
Cada maternidad es distinta y única, se vive de forma diferente y no todas tienen porqué comenzar con abandonar la carrera profesional y dedicarse a la crianza. Puede ser pero no es forzoso ¿Por qué digo esto? Porque he conocido mujeres (a las que admiro y respeto pero no estoy de acuerdo en eso) que habiendo abandonado sus carreras siguen afirmando que son madres antes que mujer. Es como la que dice que es abogada antes que mujer o la que exclama llena de orgullo que es esposa antes que mujer. Quiero decir que, habiendo dado un paso tan gigante, siguen atascadas en el mismo nudo y es donde hoy quiero poner el foco de atención, muchas mujeres que abandonan su carrera para la crianza, toman espacio y perspectiva suficiente como para buscarse otro modo de desarrollar sus habilidades, creatividad, felicidad y sus propio espacio, lo que están haciendo es seguirse desarrollando como mujeres además de ser madres, pero resulta que corremos el riesgo de cualquier forma de ser criticadas, si regresamos demasiado rápido a trabajar fuera de casa, si decidimos encargara a la criatura para ir a una clase de yoga, si un día decidimos encargar a los y las hijas para salir a divertirnos, etc. Y se vuelve un mar de culpas tu forma de ser madre, mientras que las paternidades pocas veces son motivo de crítica o foco nosotras siempre estamos siendo juzgadas, también por eso. Hay tanto que hablar de la maternidad, sobre todo cuando es forzada, pero hoy no es el caso ya hablaré más delante de eso, con muchos detenimiento.
En resumen, una ha de aprender a escucharse y conocerse, para que ninguna ni ninguno vengan a reprocharle sobre su maternidad y sus decisiones sobre la mujer que es. Cuando el cuerpo de una pide espacio es por algo. Dejémonos ya de criticar a las mujeres por cómo actúan, dejemos de decirle a una mujer cómo debe sentir y cómo debe comportarse. Si seguimos con el mandato de «madre antes que mujer», «abogada antes que mujer» », esposa antes que mujer» vamos a seguir estando ciegas y mutiladas. Y que conste que yo respeto el derecho a la propia forma de ver la vida de cada mujer, pero que la decisión sea de ella no impuesta desde el exterior, eso para mí es vivir una maternidad consciente o lo que yo entiendo como maternidad elegida y plena, y es como debería ser la maternidad elegida y feliz, nunc impuesta.
Cielo.