La fracción parlamentaria del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en la Cámara de Diputados propuso enfrentar las políticas del gobierno de Estados Unidos contra México, con medidas como la reducción de la dependencia energética y la suspensión de acuerdos de explotación de petrolíferos en áreas transfronterizas.
El diputado Vidal Llerenas, indicó que si nuestro país quiere corresponder en el mismo nivel a las decisiones del Presidente Donald Trump, debe fortalecer su industria energética y reducir la importación de gasolinas.
Llerenas Morales señaló que en las condiciones actuales, el mayor beneficiario con la política energética del país, son los Estados Unidos, por ello, es necesario posponer las licitaciones de contratos petroleros otorgados a esa nación, así como lanzar un programa de reconfiguración y puesta en operación de las refinerías en el territorio nacional.
«Tras las declaraciones de Donald Trump, es necesario replantear el tema energético para que México deje de depender de Estados Unidos y reduzca la importación de gasolinas, al menos en lo que se establece la relación que habrá con Estados Unidos y su nuevo gobierno», insistió el secretario de la Comisión de Presupuesto en San Lázaro.
El también integrante de la Comisión de Hacienda en la Cámara indicó que la política energética nacional, actualmente responde a los intereses de los inversionistas privados nacionales y extranjeros, en especial los norteamericanos, antes que a los de México.
Agregó que en vista de que el gobierno estadounidense está rompiendo las alianzas y los acuerdos con México, con medidas como la imposición de aranceles y la presión a empresas de sectores como el automotriz, las autoridades federales deben replantear los términos de la política exterior, a fin de convertirla en un instrumento de desarrollo interno.
El legislador de izquierda refrendó que es necesario reducir la dependencia económica de los Estados Unidos y hacer de la seguridad energética una prioridad, por lo que es preciso reducir las importaciones de gasolina, gas natural y diésel.
A ello se debe sumar la puesta en marcha al 100 por ciento, de las refinerías mexicanas, a fin de que el país refine sus propios combustibles.