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mueren cien vacas en Tlaquiltenango

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La pollinaza contaminada pudo haber sido adquirida por los productores ganaderos, en municipios aledaños

Al menos 100 cabezas de ganado bovino murieron en días pasados en el municipio de Tlaquiltenango, por haber sido alimentadas con pollinaza contaminada que contenía grandes cantidades de amoniaco. Son aproximadamente 50 productores los afectados con pérdidas económicas de hasta 500 mil pesos cada uno, de las comunidades y rancherías de Huautla, Rancho Viejo, Xochipala, Huaxtla y Santiopa, informó el presidente del Sistema Producto Bovinos Carne en el estado, Roberto Reza Quiroz.

“Es un golpe fuerte en la economía del productor, tienen un seguro, pero este no cubre el envenenamiento, por ello solicitarán apoyo del gobierno del estado, aunque en la Secretaría de Desarrollo Agropecuario seguro no tendrán ninguna respuesta con la persona que está al frente, Guillermo López Ruvalcaba, también hay que decir que esto es responsabilidad del productor, pero no por ello tienen que ser abandonados por las autoridades”, manifestó Reza Quiroz.

El también presidente de la Asociación Ganadera local Tlahuica, señaló que la pollinaza contaminada pudo haber sido adquirida por los productores ganaderos, en municipios aledaños, inclusive en el estado de Puebla y Guerrero donde existen granjas de pollos de las cuales obtienen el producto a bajo costo en lugar de un alimento sano que oscila entre los 5 mil pesos por tonelada. Reza Quiroz, precisó que no hay riesgo para la población por consumo de carne o leche, ya que a pesar de que estos animales eran utilizados principalmente para la extracción de este lácteo, al contaminarse dejaron de producirlo y murieron.

“No hay contaminación directa para el ser humano, tienen que estar tranquilos, una vez que la res se contaminó ya no dio leche y se murió, por eso estamos seguros de que no hay peligro”, refirió. Finalmente, el líder ganadero hizo un enérgico llamado a las autoridades de salud para que supervisen las comunidades antes mencionadas, toda vez que los animales muertos despiden olores fétidos, luego de haber sido arrojados sobre caminos transitados por la población, lo que podría originar diversas enfermedades.

Por Areli Gómez

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