El arquitecto Enrique Rodríguez Escudero, explicó que en las grandes ciudades se ha dado un proceso migratorio hacia las capitales, y Cuernavaca no ha sido la excepción, generando sobrepoblación, y se puede decir que inició tras el sismo de 1985.
Lo anterior sumado a la falta de un plan de visualizar la ciudad a largo plazo generó el asentamiento de pequeñas centrales camioneras en lugares que eran tradicionales pues hace varias décadas la tradición era que los camiones llegarán al centro de las ciudades, como pasaba con la terminal Pullman de Morelos del centro, ubicada a espaldas de la catedral.
Más adelanté en 1956, se construyó el mercado Adolfo López Mateos, que de ser un mercado de barrio ahora es una central de abastos en el corazón de la ciudad, lo que generó la instalación de la terminal Pullman de la selva, y la de los camiones suburbanos denominador Lasser, que es una filial de Pullman de Morelos.
Todo esto como parte del crecimiento desordenado de la ciudad, por ello a la fecha es necesario no solamente sacar las estaciones de autobuses del centro de la capital, es necesario un proyecto integral de movilidad donde se estudie cuáles son los desplazamientos, los principales puntos de dónde concluye está movilidad y en función de eso crear un plan integral para el rediseños de las rutas de este servicio.
El otro problema para la ciudad es la falta de territorio, pues los espacios ya han sido invadidos por desarrollo de vivienda, asentamientos regulares o irregulares de vivienda «lo cierto es que disponemos también de poco espacio para poder decir en este lugar o en este otro conviene tener una central de autobuses que pudiera concentrar a todas estas líneas que confluyen en la ciudad», dijo.
No se puede seguir pensando en la cuidad de forma parcial o aislada pues dijo es un sistema de subsistemas que están íntimamente vinculados y si no hay orden en el sistema de transporte colectivo no podría funcionar la descentralización de las terminales de autobuses que es necesaria.