El perdón que solicitó el Presidente de la República, Enrique Peña, con motivo del escándalo generado en torno a la “Casa Blanca” de su esposa, generó suspicacia entre senadores del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Para el presidente del Senado de la República, Roberto Gil, se trató de un acto que debe ser reconocido como “correcto” en términos de una declaración a título personal, sin perder de vista que no resuelve el fondo de la problemática de conflicto de intereses que rodeó el caso de la “Casa Blanca”.
El legislador del Partido Acción Nacional (PAN) enfatizó que las expresiones planteadas por el Jefe del Ejecutivo al momento de promulgar las leyes del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), no tocan el tema central, que es el de la legalidad en los actos cuestionados, es decir, el conflicto de interés referido y que las instituciones correspondientes deben aclarar.
Gil Zuarth manifestó que el “perdón” presidencial denota que se quiere abrir una nueva etapa en la vida pública del país donde cada quien asuma sus responsabilidades y se impulse el combate a la corrupción, lo que es digno de reconocer. Sin embargo, la polémica por la “Casa Blanca” no se resolvió como debía, apuntó.
“El gesto que ha tenido el Presidente me parece que en términos personales, es absolutamente digno de ser destacado. Eso no significa que los actos y su legalidad puedan ser resueltos en función de esa mea culpa. Creo que tendrá que ser analizado, definido por las propias instituciones”, planteó el congresista.
En tanto, desde la bancada del PRD en el Senado, se lanzó un a los ciudadanos a que no caigan en “el teatro” del perdón del Presidente de la República.
Los senadores Armando Ríos y Zoé Robledo, aseguraron que el perdón “sin arrepentimiento” externado por el Presidente Enrique Peña en realidad responde a una estrategia de “cálculo político” y de “control de daños” en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), ante el alto nivel de reprobación y rechazo que tienen ante la ciudadanía.
“No caigan en la trampa, no caigan en el teatro, que el Presidente de la República está montando junto con su partido. Hay tres actos en esta obra teatral, que a todas luces lo que muestran es que la supuesta autocrítica que está siendo el Gobierno y su partido en realidad tienen un simple fin electoral”, apuntó.
“Primera escena, primer acto, el nuevo presidente del PRI, Enrique Ochoa, diciendo que se va a limpiar la casa. Segundo acto, segunda escena, la renuncia de Virgilio Andrade como secretario de la Función Pública. Tercera escena y corolario, el Presidente pidiendo perdón a los mexicanos. ¿Cómo se llama esa obra? (…) es una suerte de control de daños que está haciendo el partido en el gobierno. No hay que caer en esta obra teatral, y sí hay que señalar con mucha claridad que el Presidente se presta a un juego perverso”, recalcó.
Ríos Piter y Robledo Aburto aseguraron que si el perdón del Jefe del Ejecutivo es genuino, debería ir acompañado por una impugnación al “3de3” incompleto; la presentación de una iniciativa de reforma al artículo 29 de la Ley General de Responsabilidades Administrativas para implementar la “máxima publicidad” en torno a las declaraciones de los funcionarios.
Así como por los nombramientos de un Fiscal Anticorrupción y de un titular de la Función Pública competentes e independientes, que no sean amigos, “cuates o compadres” del Primer Mandatario.
También advirtieron que la parte crucial en torno al Sistema Anticorrupción, será la de los nombramientos del Fiscal Anticorrupción y del titular de la Función Pública; así como la implementación de dichos ordenamientos.