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Ornamentales, innovación y economía morelenses: Detrás de la Ciencia

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Hoy les comparto la entrevista con el Dr. Nelson Avonce Vergara, científico del Centro de Investigación en Dinámica Celular de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) quien está marcando pauta en impulsar el desarrollo económico de Morelos, vinculando la ciencia y la innovación con la producción de plantas ornamentales, estas plantas que se cultivan y comercializan con propósitos decorativos por sus características estéticas (flores, perfume, follaje, frutos).

De los primeros registros en Morelos que tenemos sobre la producción de plantas ornamentales es en Tetela del Monte. De acuerdo con la Dra. Nohora Guzmán, investigadora del Centro de Investigación en Ciencias Sociales y Estudios Regionales, “la producción de ornamentales en la zona comenzó en 1942, cuando el sueco Axel Leonard Wenner-Green llegó a vivir a la colonia Rancho Cortés. Él, junto al japonés Mario Z. Ogurí enseñaron a los ejidatarios de las familias Durán, Tejeda, Canseco y López a desarrollar esta actividad”.

Por cierto, todo un personaje el vikingo Wenner-Green, prodigioso empresario sueco y en su momento uno de las personas más ricas del mundo, fue propietario de Rancho Cortés hoy Racquet Club de Cuernavaca. Fue un personaje clave en México durante la segunda guerra mundial por sus vínculos con Alemania, pero esa será otra historia para contar. Hoy, México se ubica como el tercer productor a nivel mundial de plantas ornamentales, siendo Morelos, la Ciudad de México, Jalisco, el Estado de México y Puebla los estados con mayor producción.

Nelson, ¿cómo llegaste a la ciencia? Cuando estudié la Licenciatura en Biología en la Facultad de Ciencias Biológicas de la UAEM me involucré en varios proyectos de ecología, paleontología y conservación de especies. Eventualmente, la asignatura de biología molecular cambio totalmente mis perspectivas científicas. A partir de ahí supe que me quería dedicar a esa disciplina el resto de mi vida. La biología molecular estudia a la vida desde una escala molecular, centrándose en el estudio del material genético y las proteínas.

Posteriormente, proseguí mis estudios de posgrado en el Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México, en el laboratorio del Dr. Federico Sánchez, quien me inspiró a trabajar en el área de la biología vegetal, investigando mecanismos de transducción de señales durante el proceso simbiótico realizado entre una bacteria llamada Rhizobium y el frijol, esta alianza es muy importante ya que permite la fijación de Nitrógeno por parte de la bacteria en las raíces del frijol, lo cual es crucial para el buen desarrollo de esta leguminosa y que se reproduce en otros procesos simbióticos de importancia alimentaria. Para el doctorado cambié de tema y me involucré en una la línea de investigación que sigo manteniendo hasta ahora, el estudio del metabolismo de trehalosa en plantas. La trehalosa es un tipo de azúcar que algunos organismos producen para protegerse de la desecación, por lo que es importante estudiar cómo la producen y cómo se puede potenciar para tener cultivos más resistentes a la falta de agua.

Posteriormente me fui al Instituto de Biotecnología de Flandes en Bélgica, donde seguí estudiando el metabolismo de trehalosa, incorporando nuevos modelos biológicos a mis estudios como la levadura Saccharomyces cerevisiae y el musgo Physcomitrella patens, lo que me permitió involucrarme en nuevas líneas de generación de conocimiento y de productos biotecnológicos.

A mi regreso a México y tras un breve periodo de trabajo en el la UNAM, me incorporé al Centro de Investigación en Dinámica Celular de la UAEM, donde dirijo la Unidad de Mejoramiento Genético de Plantas y en donde además del metabolismo de trehalosa mantengo otras líneas de investigación: Mejoramiento genético de plantas ornamentales, identificación y caracterización de marcadores moleculares en plantas ornamentales, uso de bacterias endosimbiontes como vectores para modificar el metabolismo de las plantas y diseño de pruebas moleculares para el diagnóstico de patógenos de plantas.

¿Qué estás haciendo para innovar la producción de plantas ornamentales? Generamos productos biotecnológicos que permitan a los productores morelenses y mexicanos innovar, tanto con nuevas variedades comerciales como en la optimización de su producción. Por ejemplo, estamos trabajando en el desarrollo de nuevas variedades de Anturio, una planta de alto valor comercial que se produce en México. Hoy en día, todas las variedades comerciales en el mercado son de origen extranjero, lo que significa que el productor tiene que pagar regalías a las empresas obtentoras. Uno de nuestros objetivos es la generación de una plataforma de generación acelerada de nuevas variedades, mediante el empleo de herramientas biotecnológicas modernas.

 Otro ejemplo es la generación de kits de detección molecular de los principales bichos que afectan a las plantas ornamentales. Nuestro laboratorio se ha dado a la tarea de aislar e identificar a estos patógenos que causan mayores daños a los diferentes cultivos y de generar pruebas específicas para su diagnóstico temprano y efectivo. Para algunos de ellos, estamos desarrollando kits de detección que pueden ser utilizados por el productor directamente en el campo, lo que aumenta su eficacia y reduce su costo.

¿Qué has aprendido de trabajar con los productores de ornamentales? En México hay poca experiencia en vincular al sector empresarial, en este caso los productores de ornamentales, con el sector académico. A pesar de las muchas necesidades del sector agrícola y de que se tiene la experiencia y recursos académicos para proponer soluciones a problemas reales, no se ha creado ni fomentado la cultura de la vinculación entre empresarios/productores y academia. Normalmente el sector empresarial mexicano busca soluciones a sus necesidades con tecnología extranjera; en muchas ocasiones incluso se ignora la existencia en México de centros de investigación e investigadores que pueden dar solución a sus necesidades.

Yo tengo la fortuna de haber experimentado durante varios años una cultura de la vinculación real en Bélgica. Ahí aprendí que es posible, y de hecho no muy complicado, el generar productos académicos como artículos científicos, graduar estudiantes de licenciatura, maestría o doctorado, generar patentes y al mismo tiempo dar solución a un problema de la industria. Además, este enfoque facilita la obtención de recursos económicos para financiar la investigación, ya que recibe apoyo por parte de la industria.

Desde el inicio de mi incursión en el mundo de las plantas ornamentales en Morelos he contado con el apoyo del Consejo Estatal de Productores de Morelos A.C. (CEPOMAC) que a través de su presidente el Ing. Mariano Oropeza, ha sido una pieza clave para hacer realidad la vinculación entre el sector empresarial, el gobierno y la academia. Por otro lado, la extinta SAGARPA hoy Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, también nos ha brindado mucho apoyo, desde el financiamiento de un proyecto de innovación tecnológica hasta la asesoría por parte de algunos organismos como el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria y el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas.

Hace falta entender que un sector productivo fuerte y exitoso es garantía de una economía estable, lo que genera y mantiene empleos mejor remunerados, traduciéndose en bienestar social.

Estimados lectores, siempre me da mucho gusto ver que sí es posible establecer vinculaciones productivas entre empresarios y científicos, siendo el factor más importante el que los empresarios quieran innovar para ser más competitivos y que tengan la confianza para hacerlo de la mano de los científicos mexicanos que tienen el interés y la capacidad para establecer diálogos productivos con empresarios, gobiernos y sociedad. Estás vinculaciones no sólo permiten a las empresas innovar sus productos y exportarlos, también van de la mano con la generación de empleos y el fortalecimiento de las economías locales y estatales. Enhorabuena por las plantas ornamentales morelenses, las puertas de mundo se estarán abriendo a ellas de par en par.

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