Durante estos encuentros, el capo nunca admitió que Rafa y Julión fueran prestanombres de su red delictiva como señalaba la Oficina de Control de Bienes de Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
Los señalamientos no fueron hechos ante autoridades mexicanas y solo hacían referencia a la amistad que tenía con el capitán de la Selección Mexicana de futbol.
Flores incluso aclaró que sus propios socios desconocían las actividades criminales que realizaba. Con Julión, era un contacto a través de su contador, el cual también desconocía sus actividades como narcotraficante.