En el Día Mundial de la Libertad de Prensa un colectivo de periodistas son premiados
POR REDACCIÓN
El jurado de la segunda edición del Premio Breach / Valdez otorgó el primer lugar al reportaje “El país de las 2000 fosas” realizado por reporteros independientes a lo largo de año y medio de manera colaborativa.
El grupo de periodistas especializados en la cobertura de desapariciones, entre ellos nuestro colega Carlos Quintero J., documenta que en 18 de los 24 estados hay registro de fosas en municipios de ciudades capitales.
La investigación, apoyada por Quinto Elemento Lab, revela el número de fosas clandestinas reportadas por la fiscalía de los 32 estados del país entre 2006 y 2016.
La información ha sido utilizada por familiares para exigir información oficial a las fiscalías, por organizaciones y equipos forenses que se dedican a buscar personas.
A continuación un extractó del trabajo periodístico que podrán localizar en el enlace: https://adondevanlosdesaparecidos.org/mapaestados/.
LA DANZA DE LAS CIFRAS
Una lona color azul cielo sirve como tendedero de lo que parece ser una truza, una camiseta, bolsas negras de plástico, pedazos de tela sin forma y hasta ropa de bebé. Todo pintado con el mismo tono color lodo por el tiempo que permanecieron bajo la tierra.
Esa imagen divulgada por el gobierno veracruzano ilustraba la noticia que el pasado 7 de septiembre reportaban algunos diarios: el hallazgo de 32 fosas clandestinas con 174 cráneos en el centro del estado de Veracruz.
“Hay ropa de bebés en las fosas de Veracruz; familiares identifican hasta mamelucos y trajecitos” o “pantaloncitos, gorritos y sudaderas: Encuentran ropa de bebé en mega fosas clandestinas de Veracruz”, publicaron distintos medios resaltando la crueldad de los victimarios.
Al hallazgo le siguió un baile errático de cifras. El equipo de la futura Secretaría federal de Gobernación habló de las cifras tan dispares que les había dado el gobierno federal saliente: son 855 les dijeron en SEGOB, 1 mil 150 en la Comisión Nacional de Búsqueda.
Ese mismo día la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) actualizó su último registro y dijo que hasta mayo de 2018 hubo mil 306 fosas que albergaban 3 mil 926 cadáveres y casi 36 mil fragmentos de restos óseos.
Esta investigación arroja el doble que la cifra gubernamental más alta. En el periodo de enero de 2007 a diciembre de 2016 –lapso en el que la CNDH llevaba documentadas 855 fosas- este equipo registró la existencia de mil 976 fosas.
Aún cuando es superior, no es una cifra completa.
Y aquí por qué:
-No todos los estados reconocen sus fosas: Los gobiernos de 7 estados informaron que en su territorio no hay fosas o sitios parecidos de exhumación, aún cuando información de la CNDH y la PGR indica lo contrario.
Fue el caso del gobierno de Baja California que negó tener entierros, sitios de disolución de cadáveres, “cocinas” o similares en sus bitácoras, en los que criminales pudieran haber desaparecido los cuerpos de sus víctimas. Esto a pesar de que en 2009, en Tijuana, el ejército capturó a Santiago Meza López, quien fue presentado ante la prensa como “El Pozolero” porque deshacía en ácido los cuerpos de supuestos enemigos del cártel de Tijuana.
Según confesó justo en una de las fincas de las afueras de la ciudad -en el ejido Ojo de Agua- que utilizó como lugar de trabajo, él disolvió los cadáveres de al menos a 300 personas. Desde ese momento de pesadilla las familias acompañadas por autoridades hacen rastreos para buscar en esos terrenos rastros de personas desaparecidas, y cada tanto encuentra dientes o fragmentos de hueso que PGR se ha llevado para su análisis. Es decir: sí hay sitios de inhumaciones clandestinas.
Ciudad de México, Querétaro e Hidalgo, también reportaron cero entierros clandestinos o sitios de exterminio cuando se les solicitó información. Esta negativa contrasta con los reportes de la PGR y la CNDH que dan cuenta de cuatro fosas entre todos; pero si se toman reportes de prensa mencionados por la CNDH llegan a ser 58.
-Las fiscalías estatales reportaron menos fosas que las encontradas.
Para muestra tomamos las cifras que dio Michoacán para 2006 donde no sólo encontraron el entierro de los seis hombres degollados en Aganhuan y la fosa localizada posteriormente en Aguililla. La PGR sumó otra pieza al incompleto rompecabezas y reportó otra en Lázaro Cárdenas con tres cuerpos de hombres atados de pies y manos, que no contabiliza gobierno del estado. La prensa, al final del año, dio cuenta de dos fosas más que omiten los registros gubernamentales: una en Morelia y otra –el último día del año- en Buenavista Tomatlán.
-Las fosas procesadas por la PGR, y cuyos restos exhumados terminaron en instalaciones federales de la ciudad de México, no son tomadas en cuenta en los registros estatales.
Esto origina el subregistro de cementerios clandestinos de gran escala, como los de La Barca, Jalisco, de 2013, donde se hallaron 37 fosas con 75 cuerpos. O los 175 cuerpos extraídos de 54 fosas en los cerros circundantes a Iguala, Guerrero, descubiertas por lugareños agrupados en el colectivo “Los otros desaparecidos”, a partir de la desaparición en 2014 de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
Este reportaje y el mapa que acuerpa la información encontrada, también clasifica de manera diferenciada, y en espacios separados, ambas fuentes de información, la proporcionada por fiscalías locales y por la PGR.
-Hay fosas que aunque existen no han sido descubiertas. Hay regiones que aparecen en el mapa en blanco, como si ahí no hubiera entierros clandestinos que pudieran ser zonas de muy difícil acceso, por su ubicación y por el control de grupos del crimen.
“Hay diferencia temporal en cuanto se crea una fosa y cuando ocurre su hallazgo, y eso nos habla de las dinámicas temporales y espaciales de la violencia. Los hallazgos de fosas pueden corresponder a un tiempo en que la violencia en esas zonas ha disminuido, difícilmente cuando está en su pico”, opina el historiador de la UNAM, experto en la historia de las desapariciones en México, Camilo Vicente Ovalle.
Tras ver el mapa dice que seguramente lugares como la Sierra de Guerrero existen más fosas que las registradas, porque ese es un método utilizado para asegurar la muerte clandestina, pero no han sido descubiertas.