Sintonízanos
Lun-Vie de 7:00-9:00 am en 103.7 Fm🎙

Reparte Cuauhtémoc Blanco despensas, solo para sacarse la foto

Fecha

Luego de una quincena que solo trabajó cinco días, pero si cobró completa, reapareció Cuauhtémoc Blanco para un nuevo esfuerzo por reivindicar su imagen y justificar su ausencia y falta de liderazgo ante una pandemia por Covid-19 que le está costando mucho a los morelenses. Pero parece que, otra vez, algo le salió mal su equipo de asesores.

Y es que Cuauh, hizo lo que no acostumbra a hacer: salir a las calles del estado que gobierna acompañado de sus esposa, la modelo brasileña Natalia Rezende con guantes quirugicos y cubrebocas N95, estos últimos de uso restringido solo para el personal de salud. El problema es que salieron nada más para tomarse la foto.

A su equipo de comunicación se le hizo buena idea obligar al Cuauh a realizar un recorrido por algunos lugares en ‘donde la gente luciera más pobre’ para entregar un cargamento de despensas raquíticas con un costo casi ridículo.

En todo momento, flanqueados por sus escoltas, dejando solo acercarse a la figura del balompié nacional a las personas autorizadas que luego de accionarse los flashes, eran retiradas de manera inmediata.

La burla hacia las familias morelenses, no quedó ahí; pues se pudo ver al investigado por la Unidad de Inteligencia Financiera por actos de corrupción, José Manuel Sanz, en plenitud de cinismo y enfundado en guantes y cubrebocas tomándose fotos junto a las personas necesitadas y los enclenques apoyos.

Hay que reconocer que, esta mercancía fue comprada a locatarios del mercado Adolfo López Mateos y que esto significaría, para algunos de ellos las ventas que mantengan a flote sus negocios, pero no se dieron cuenta que fueron utilizados en un acto más de soberbia y superficialidad del demeritado e impopular jefe del Ejecutivo.

Esto sucede luego del escándalo de vanidad y despilfarro en el que se vio involucrada su señora esposa, Natalia Rezende, en el que, con pretexto de su informe de labores al frente del DIF Morelos, repartió cientos de costosas e inútiles pantallitas en las que se proyecta su imagen y un libro de encuadernado de lujo con un costo de casi 2 mil pesos por unidad. En plena contingencia y crisis; sin transparentar los recursos, hasta el momento. También del burdo montaje que terminó en fracaso en el que se presumía de un hospital móvil que, ni es propiedad del gobierno y ni está disponible para la emergencia, pues fue rentado para la ocasión.

También es momento en que el gobierno de Cuauhtémoc Blanco sigue cerrado. Cerrado para los alcaldes que han tenido que hacer frente a la crisis por la pandemia ‘rascándose con sus propias uñas’ y sin apoyo del gobierno del estado y conseguir recursos por su cuenta para apoyar a sus gobernados.

Sigue cerrado para atender a los empresarios a los que les preocupan que sus negocios naufraguen en este mar de problemas y miles de morelenses queden en desempleo; mismos empresarios que han criticado la ridícula dificultad que tienen que enfrentar para cubrir los requisitos para beneficiarse de los apoyos que fueron anunciados con bombo y platillo y que se están diluyendo y quedando como buenas intenciones. Empresarios que le han puesto sobre la mesa una lista de propuestas, que el gobierno solo ha ignorado y al contrario, ha utilizado la fuerza del Estado para amenazar, amedrentar y censurar.

Cerrado para los ciudadanos de a pie, que mantienen con su trabajo incansable y diario la frágil economía y que desafortunadamente, han dejado de confiar en el gobierno que eligieron.

Cerrado para los actores políticos en los que el soberbio Blanco y su equipo no ven más que enemigos y no los puede asumir como aliados para que Morelos realmente prospere. Él sigue en campaña electoral.

Es un hecho, Cuauhtémoc Blanco está siendo víctima de sus propios asesores que pareciera, son sus peores enemigos o están pecando de ingenuos al pensar que al pueblo de Morelos se le engaña fácilmente.


Facebook
Twitter
WhatsApp

Más
Noticias