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«Restos flotantes de la humanidad»: el niño sirio que apareció ahogado en una playa

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Tal vez tenía un año o un poco más. Está tendido boca abajo, con la cara puesta a un lado, como si estuviera dormido.

Pero está muerto.

Un niño con playera roja, pantalones azules y pequeños zapatos con correas de velcro es una de las 12 personas de un naufragio en Turquía y fue arrojado a la playa este miércoles.

Su fotografía, acostado solo mientras un oficial de policía se acerca, se ha extendido por todo el mundo, a menudo con el hashtag #KiyiyaVuranInsalik, que en turco significa «restos flotantes de la humanidad».

 

Algunos dicen que esperan que las imágenes del niño en la playa, junto al rescatista, sean un punto de inflexión sobre cómo se trata a las personas que van a Europa.

Nadim Houry, director de la organización Human Rights Watch para Medio Oriente y el Norte de África, describió la imagen como «estremecedora».

«La mayor acusación sobre nuestra falla colectiva», escribió.

No se sabe todavía el nombre del niño ni de dónde viene, pero el gobierno de la provincia turca de Mugla dice que tanto él como otras víctimas estaban entre un grupo de refugiados sirios que viajan en dos botes, intentando llegar a la isla griega de Kos.

Los equipos de rescate turcos pudieron salvar a algunas de las personas que viajaban a bordo, dijo la oficina del gobernador. Dos hombres y un niño siguen desaparecidos.

Más de 2,600 personas han muerto intentando cruzar el Mediterráneo con dirección a Europa este año, haciendo la zona la más mortífera para quienes buscan escapar de los conflictos en sus países, aseguró la Organización Internacional para la Migración (IOM, por sus siglas en inglés), que alertó que el número de refugiados fallecidos ha subido de manera alarmanete.

Casi tres cuartos de las muertes de inmigrantes y refugiados este año se han dado en el Mediterráneo, de acuerdo con la IOM. El número de muertes en la región es de 2,643, lo que implica 20% que el total de muertes el año pasado (2,223).

Algunos se ahogaron. Otros fueron aplastados por estampidas. Otros se asfixiaron con los gases del bote.

«En las últimas semanas hemos visto muchas muertes», dijo Federico Soda, director del IOM en la región del Mediterráneo. «Creemos que puede explicarse por el hecho de que los traficantes se han vuelto más violentos y crueles».

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