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ROMPIMIENTO GOLPISTA DEL ORDEN CONSTITUCIONAL EN BOLIVIA (Parte 2)

Los rostros del golpe en Bolivia, de izquierda a derecha: Yuri Calderón Comandante Nacional de la Policía de Bolivia (renunciado); General Williams Kaliman Romero, comandante de las Fuerzas Armadas Bolivianas, quien detenta el verdadero poder en Bolivia; senadora Jeanine Áñez, autoproclamada presidenta interina de Bolivia; Luis Fernando Camacho, líder de los evangélicos fascistas de Santa Cruz; y Carlos Diego de Mesa Gisbert, candidato perdedor a presidente de Bolivia

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Por: Mario Rojas Alba

La Vía Constitucional para la Solución de la Crisis Boliviana

No es necesario ser un jurista constitucionalista para entender la letra, sentido y espíritu constitucional de los artículos 161 y 169, ajustándose a ellos la solución civilizada de la crisis es posible. En un primer comentario podemos afirmar de manera contundente que los golpistas han pisoteado y roto de manera grosera el orden constitucional boliviano, los mandos policiales y fuerzas armadas han sido cómplices e incurrido en delitos graves de violación y desacato constitucional, en este sentido, la autoproclamación de Janine Áñez no tiene ninguna validez constitucional.

Segundo, la policía y fuerzas armadas deben de obedecer al parlamento, proteger a los representantes, de manera tal que ellos puedan sesionar, deliberar, y debatir y con plena libertad y seguridad.

Tercero, de acuerdo con el numeral 3 del Artículo 161, las Cámaras reunidas en Asamblea Legislativa Plurinacional son las únicas que tienen las funciones para «Admitir o negar la renuncia de la Presidenta o del Presidente del Estado, y de la Vicepresidenta o del Vicepresidente del Estado».

Cuarto, si las Cámaras no aceptan la renuncia del presidente Evo Morales, éste sigue siendo el presidente constitucional de Bolivia.

Quinto, si las Cámaras aceptan la renuncia de Evo Morales, pero no la del vicepresidente, entonces Álvaro García Linera sería presidente interino hasta enero del 2020, o estaría en el poder el tiempo necesario para convocar y realizar las elecciones extraordinarias constitucionales.

Sexto, si las Cámaras aceptan la renuncia del presidente y vicepresidente, entonces, de acuerdo con la fracción I del Artículo 169, ante la falta definitiva de estos, el presidente será reemplazado en el cargo por «la Presidenta o el Presidente del Senado, y a falta de ésta o éste por la Presidente o el Presidente de la Cámara de Diputados».

¿Si todo está tan claro, entonces qué pasa?

Esperar que los golpistas entiendan y respeten la constitución es un acto de extrema ingenuidad. Los golpes de Estado son precisamente eso, acciones que atropellan los derechos de los ciudadanos y pisotean a discreción el orden constitucional, imaginen ustedes a Franco, o a Pinochet, por dar dos ejemplos, respetando las constituciones de sus respectivos países, si así hubiera sido, no serían lo que fueron. Desgraciadamente los golpistas no tienen la intención de actuar en el marco de la ley y orden constitucional, son instigadores, dictadores que imponen su voluntad a discreción, y hacen de su capricho el nuevo orden del Estado totalitario que construyen a su imagen y semejanza.

En todo golpe de Estado hay que ver quienes lo promueven, su origen y clase social, qué intereses defienden, lo que dicen y piensan, de esta manera podemos comprender lo que quieren demoler y lo que quieren construir en su lugar.

El golpe impulsado por la CIA en Bolivia es del todo evidente, ha sido maquinado por la oligarquía blanca y criolla ligada a sectas evangélicas racistas e intolerantes hacia otras creencias; quieren regresar al capitalismo y neoliberalismo salvaje y sin compromiso social alguno; tampoco les preocupa la protección del medio ambiente, demandan una libertad absoluta para explotar sin límites; también desean que su interpretación torcida de los evangelios se imponga como religión única y de Estado; los golpistas consideran que las mayorías indígenas son un lastre para el progreso, practicantes de culturas y rituales diabólicos que deben ser erradicados, y sus pueblos sometidos al sistema de explotación que la minoría blanca determine, para los golpistas, una Bolivia sin indios sería lo mejor.

Los golpistas ya están cambiando imágenes y símbolos de la República Plurinacional de Bolivia, de consolidarse en el revocarán la actual Constitución y promulgarán una nueva que entregue las riquezas a la iniciativa privada y a los plutócratas estadounidense, los que tomarían el botín de los hidrocarburos, el litio, y otras riquezas minerales de Bolivia.

Los golpistas podrían ser derrotados por las fuerzas sociales y la solidaridad internacional

Por lo pronto los golpistas se sienten victoriosos, pero eso es muy temporal, un triunfo fugaz, me atrevo a decir que serán derrotados por las fuerzas sociales, la cultura nativa, las organizaciones obreras, campesinas, acompañados por los católicos y evangélicos progresistas y sus aliados internacionales, todos unidos podrán detener las ambiciones golpistas. En lo local, la movilización de las mujeres indígenas va creciendo, las aguerridas «cholitas» con su simpáticos gorritos de hongo aparecen masivamente en las manifestaciones a favor de Evo Morales; los «Ponchos Rojos», campesinos pacíficos y laboriosos en tiempos de paz, y feroces soldados en tiempo de guerra dentro del cuerpo legendario de «Los Colorados de La Paz»; los mineros y su acceso a la dinamita; la poderosa Central Obrera Boliviana (COB); los indígenas y campesinos de toda Bolivia, los católicos hasta ahora callados, están despertando; tampoco los evangélicos son monolíticos, si bien es cierto que las tendencias fundamentalistas, fanáticas y racistas están dominantes, no son pocos los que profesan el evangelio de manera más humana y empática con el prójimo diferente. Los pequeños comerciantes, al igual que los pequeños empresarios que están sufriendo la inestabilidad política, tampoco tienen una posición homogénea del lado de los golpistas.

En lo internacional, las izquierdas y fuerzas democrática y anti-neoliberales del mundo han estado manifestando su apoyo a Evo Morales y su partido el MAS. México ha recuperado un importante liderazgo en Latinoamérica y el mundo, las coincidencias con Uruguay y el nuevo presidente electo de Argentina, jugarán un rol de acicate al tradicional intervencionismo estadounidense y el neoliberalismo brasileño. El multilateralismo y multipolaridad vienen devastando el modelo de un imperio hegemónico único, los BRICS, todo eso debilita la imposición de dictaduras «made in usa», como las surgidas en el pasado al calor del «Plan Cóndor».

En fin, este conjunto de fuerzas apuntalan la salida constitucional a la crisis boliviana, es lo menos que podemos decir y desear para bien, que la sensatez y la solución civilizada y constitucional se impongan.

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