Autoridades locales confirmaron que aumentó a 10 el número de decesos tras el enfrentamiento de militares con ladrones de combustible conocidos como “huachicoleros” que se dio en Palmarito, Tochapan, perteneciente al municipio de Quecholac, cuatro de los fallecidos eran militares.
La situación que se vive actualmente con la gente de esta demarcación es de tensión pues, tras horas de mantener cerrada la autopista Puebla-Orizaba a la altura del kilómetro 187, un contingente ha comenzado a trasladarse a la capital poblana para exigir la libertad de las 13 personas que fueron detenidas tras los hechos.
El gobernador, Antonio Gali Fayad advirtió que no le temblará la mano a su administración para aplicar la justicia.
La autoridad local informó que se han desplegado mil elementos del ejército y de la policía para hacer frente a la situación que se vive en la zona, que se encuentra inmersa en el llamado “triángulo rojo” en donde prolifera el robo de hidrocarburo liderado por bandas que se desprenden a su vez del grupo de delincuencia organizada de Los Zetas.
El jefe del ejecutivo estatal calificó de cobardes a los ladrones de combustible, al subrayar que han utilizado a las poblaciones para protegerse, como de hecho sucedió en una de las balaceras que se tuvieron en la citada demarcación en donde, por tal motivo, el ejército no respondió a los primeros ataques.
Las consecuencias del enfrentamiento entre criminales y militares de este miércoles son: 10 muertos (4 militares y 6 presuntos delincuentes -entre ellos una mujer-) 11 militares y un policía estatal heridos, 14 detenidos, armas y vehículos decomisados.
En respuesta, la población mantiene el cierre carretero en la autopista Puebla–Orizaba, a la altura del kilómetro 187, en donde la gente se mantiene armada con palos, quemando llantas, además de que una parte de la población se encamina a la ciudad de Puebla para continuar su protesta en la Fiscalía General del Estado.