Yared es una ‘neni’: vende artículos por redes sociales para ayudar a su economía.
Aunque tiene su empleo en una oficina de gobierno, lo que gana la madre soltera de 38 años de edad es insuficiente para sostenerse económicamente a ella y su hijo adolescente.
La ropa que oferta en Facebook, marca Shein, no se ha vendido bien en las últimas semanas, cuenta a El Txoro Matutino, tal vez por la ‘cuesta de enero’, aunque le fue bien a finales de 2020.
«Es un extra cuando no te alcanza lo que ganas», asegura.
Dedica principalmente las tardes a la actividad económica, ya sea para entrega de mercancía o compra de ropa. La desventaja es que en algunas ocasiones algunas personas solo la vacilan y no acuden a la cita.
«¿DÓNDE ENTREGAS, NENI?»
La palabra ‘neni’ se puso en la boca de muchos internautas los últimos días cuando se convirtió en trending topic en Twitter, muchos usaron el término de manera despectiva.
De acuerdo con Oink-Oink, la palabra ‘neni’ es utilizada para mujeres y hombres que utilizan las redes sociales para la venta de ropa y/o accesorios, ya sea de tiempo completo o parcial. Los tratos suelen darse en puntos estratégicos de la ciudad, como calles del centro histórico, principales vialidades o inmediaciones de plazas comerciales.
El año pasado un millón 141 mil mujeres perdieron su trabajo en México. Muchos encontraron en la venta por redes su único ingreso.
LOS GRUPOS
En Facebook existen diversos grupos de venta en rápido crecimiento.
WONDERS, WONDERS WOMAN MORELOS, y QUEENS POWER OFICIAL son algunos solo con admisión de mujeres. Aunque hay otros que participan hombres: son de colonias populares de la capital morelense: «Lomas de Cortes», «Col. Flores Magón», «Bazar Chamilpa».
Tan solo QUEENS POWER OFICIAL tiene 58.6 mil miembros, al cual se unieron 1,285 en la última semana. En un solo día puede haber cientos de publicaciones ofertando desde sandalias, donas, helados, artículos de decoración, ropa, teléfonos celulares, bordados…casi cualquier cosa.
Como si fuera un submundo, los grupos manejan sus propias reglas. El reglamento es claro y contundente: si rompen las normas serán dadas de baja. QUEENS promueve una sana convivencia basada, principalmente, en el respeto.
«No se permiten ataques, conflictos, ni romper con la armonía de grupo quien lo haga será expulsada!…deben respetar las publicaciones de sus compañeras, si no están de acuerdo sigan de largo», menciona la información sobre el grupo.
Inmediaciones de calles como Nezahualcóyotl o Gutemberg del centro de Cuernavaca se abarrotan de ‘nenis’ y sus niños algunos días de la semana, quienes llevan su mercancía en grandes bolsas, algunas hacen sus tendidos en las banquetas para mostrarlas.
Para quienes creen que «NENI» es denigrante
Mirelle Viridiana Martínez
Cuando empecé a meterme a los grupos de ventas de mujeres y me decían «neni» también criticaba esta forma tan «cursi» de tratarnos entre nosotras, luego fui entendiendo que al ser un servicio virtual era una forma de demostrar calidez y amabilidad. Empecé a contestarles igual, o a llamarlas con un adjetivo referente al nombre del grupo, siempre intentando corresponder la calidez con la que miles de mujeres luchan para hacer crecer su negocio.
Burlarse de su forma de vender y de interactuar con las personas es una falta de empatía que raya en lo asqueroso. Me consta de muchísimas que han salido adelante después de momentos duros, que se rajan la cara a diario para entregar lo mejor hecho para sus clientas y que mantienen hogares completos siendo «nenis»…
Y ¿saben qué? Me siento orgullosa de todas y cada una de las mujeres que citan en los zócalos, las plazas comerciales o las calles concurridas para entregar sus ventas, me siento orgullosa incluso de que las critiquen porque quiere decir que se han vuelto visibles para el mundo, que de uno u otro modo están sobresaliendo en una sociedad en la que todavía pesa que haya mujeres encabezando proyectos, dirigiendo destinos, sosteniéndolo todo.
Que ser nenis siga siendo una condición de orgullo y que cada vez que alguien demerite de alguna manera lo que hacemos sepamos que el problema no somos nosotras, sino quienes se aferran a vivir en su burbuja de privilegios.
¡Qué vivan las nenis!