Soar era una de las cinco ciudades de las que habla el libro del Génesis que escapó del rayo y trueno para acoger a Lot y su familia. Pero Soar, el motopatrullero, no pudo escapar de la furia de los dos asaltantes que le dispararon con arma de fuego al tratar de detenerlos cuando asaltaban una tienda del centro de la capital.
La emotiva analogía de Carlos Félix provocó las lágrimas de los policías que hacían guardia de honor en la explanada del palacio municipal, y el rompimiento del llanto de la viuda y familiares.
El ayuntamiento de Cuernavaca realizó un homenaje de cuerpo presente a Eduardo Soar Nova López, policía vial de Cuernavaca asesinado el pasado viernes en el momento en el que auxilió a empleados de la tienda Veana, quienes reportaron un robo al interior del local.
Eduardo Soar era “entrón, hombre de pantalones”, quería un cambio en la Policía Vial y de Seguridad, señaló Antonio Villalobos Adán, presidente municipal, en su discurso para despedir al agente.
“Guayabo” de origen, deja una esposa y una niña de 11 años de edad, tras formar parte de la corporación policíaca municipal desde mayo de 2006, ocupando puestos de agente pie -tierra hasta agente motopatrullero.
Tras efectuar el último pase de lista del policía -periodista de profesión y con el curso de formación policial-, elementos de la banda de guerra del 21° Batallón de Infantería de la 24° Zona Militar ofrecieron un toque de silencio con trompeta y salvas, en honor del servidor público que cayó en combate.
Villalobos Adán refirió que su administración, a través de la Consejería Jurídica, estará atenta a que los dos presuntos responsables del crimen, detenidos el día de los hechos, nunca dejen la cárcel y paguen por su presunta responsabilidad. A la familia, les brindó el respaldo para que no queden desamparados.
“Señora, con mucho cariño y respeto me dirijo a usted, lo único que queda es que como población, como representantes de ustedes…todo nuestro respaldo para ustedes, lo que necesiten”, hizo el compromiso el edil capitalino.
