«Ustedes, como San Juan Diego, son embajadores de la justicia y la verdad»
señaló el obispo de Saltillo, Raúl Vera, a los padres y madres de los 43 normalistas desaparecidos hace 39 meses en Iguala, Guerrero.
Al oficiar la misa en la Basílica de Guadalupe, tras haberlos recibido en el atrio del santuario mariano y guiarlos hasta el altar, Vera reparó en los paralelismos entre la Carta Universal de los Derechos Humanos y «los valores y principios que Dios menciona en su Evangelio».
«Cuando hablamos de la causa de la paz, esta viene de la justicia, de la verdad y de la libertad humana»
Apuntó al celebrar el papel de aquellos que aún en la adversidad, ven por los pobres, los hambrientos, los sedientos, los sin ropa, los migrantes, los enfermos y los presos.
«Por eso están ustedes aquí, frente a su madre que les quiere mucho», dijo el prelado a los familiares y compañeros de los normalistas rurales desaparecidos de Ayotzinapa.
«Ustedes son sus embajadores, como San Juan Diego, Dios piensa en todos y celebramos la presencia de los papas de estos jóvenes desaparecidos, cuyo único crimen ha sido el superarse y tratar de ser útiles a su nación», señaló ante cientos de fieles de toda la República que llegaron hasta la Basílica de Guadalupe.
Al exigir justicia por sus hijos desaparecidos, resaltó el sacerdote, «estos padres también exigen justicia por el bien de la nación. Todos aquí queremos paz, justicia y reconciliación», dijo.
Frente al altar de la Virgen de Guadalupe, padres y madres de los 43 estudiantes desaparecidos de la Normal de Ayotzinapa, tomaron unos minutos del mensaje de la homilía para confirmar desde el púlpito que «han llegado al Tepeyac, con la esperanza de que su rezo sea escuchado y su «clamor de justicia sea atendido».
Las señoras Hilda Hernández e Hilda Legideño en nombre del movimiento expresaron que «nuestra fe en el Dios de la vida nos da la certeza de que nuestra lucha no será en vano. Que la madre de Jesús, que en este 24 de diciembre celebramos su nacimiento, nos ayudará, para dar con el paradero de nuestros hijos».
Asimismo expresaron: “Virgen de Guadalupe, a ti nos encomendamos. Solo tú entiendes nuestro dolor, tú sabes lo que sentimos como madres, y padres campesinos e indígenas. En el año 2014 mandamos a nuestros hijos a la Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero para que fueran mejores, desde entonces no sabemos nada de su paradero”.
Casi como un rezo evocaron: «Te pedimos que nos ilumines y nos des fortaleza para no desfallecer. Que nos cuides y nos des tu bendición para mantenernos unidos. Solo tú nos entiendes y sabes lo que siente nuestro corazón”.
«¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!», concluyeron, ante un tibio aplauso de las decenas de feligreses congregados en la misa de las 16:00 horas en el templo mariano.
Antes de partir, los padres demandaron que se agende «lo antes» posible una reunión con el secretario de Gobernación y estimaron que la próxima mesa de trabajo con autoridades federales y el Mecanismo de Seguimiento del Sistema Interamericano se dará hasta febrero del 2018.