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Siempre estará la arquitectura…

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Por: Enrique de J. Rodríguez Escudero

No importa de qué asentamiento se trate, ni cuanto tiempo haya pasado, si existe una disciplina que nos ha permitido entender el origen y la evolución de la humanidad a lo largo de nuestra historia, esa es sin duda alguna la arquitectura. Al respecto, el gran Octavio Paz dijo: “La arquitectura es el testigo insobornable de la historia”.

Y es que la verdad que existe en el uso de determinado sistema constructivo dice tanto de quien lo construyó, que resulta maravilloso poder comprenderlo. El extraordinario poder de observación que desarrollaron nuestros antepasados, derivado evidentemente de la gran necesidad que había de protegerse de las inclemencias del tiempo, resultó con el paso de los años en majestuosos asentamientos humanos.

Así pues hoy, no pueden dejar de emocionarnos, los trabajos que se llevaron a cabo en lugares como Mesopotamia, Egipto, Grecia, Roma o años más tarde acá en Mesoamérica, lo que hicieran nuestros antepasados olmecas, mayas o teotihuacanos, por mencionar solo algunos.

Pensemos en que hoy, gracias a los avances tecnológicos, resulta medianamente sencillo llevar a cabo un levantamiento topográfico y en función de éste, lograr establecer la ubicación y las medidas de largo y ancho que tiene determinada superficie de terreno; pero vayámonos algunos años hacia atrás, qué tal unos cuatro mil, Tebas, vio entonces la construcción del templo de Karnak, dedicado al Amón y que fue el principal recinto de culto Egipcio en lo que hoy conocemos como “Imperio Nuevo”.

Durante cerca de dos mil años, decenas de faraones fueron creando y remodelando uno de los lugares más cultos, más ricos y espectaculares de la antigüedad. Como prácticamente todos estos grandes ejercicios de arquitectura, el santuario de Amón en Karnak, empezó a construirse después de una larga serie de rituales para santificar el sitio. El templo está contenido por una gran muralla de adobe de 2400 metros de perímetro y de ocho metros de espesor. Probablemente lo más espectacular del templo sea su sala hipóstila con más de 5000 metros cuadrados de superficie y que contiene 134 columnas de 23 metros de altura y con un diámetro superior a los tres metros. Ricamente talladas con bajorrelieves, aquella columnas con sus capiteles en forma de flor de loto, sostendrían una techumbre de 102 metros de largo por 53 metros de ancho.

Se imagina usted el conocimiento que tenía esa civilización para lograr el trazo perfecto de ejes constructivos de aquel sembrado de columnas, el dominio de la técnica en el tallado, ensamble y manipulación de piedras cuyos pesos rebasaban la tonelada. Para un servidor, detenerse a reflexionar sobre estos particulares, resulta simplemente fascinante.

Con este y otros muchos recintos sagrados, los egipcios, dejaron a través de su arquitectura, un documento extraordinario de la gran civilización que fueron, del gran conocimiento que tuvieron y que aún hoy, es motivo de investigación.

En este mismo caso, insisto, se encuentran prácticamente todos los asentamientos humanos que han ocurrido a lo largo de nuestra historia y que sin lugar a dudas,  gracias a las manifestaciones arquitectónicas que cada una de ellos llevaron a cabo que hoy, podemos conocer en términos de la arqueología que los estudia, el día a día de aquellas grandes civilizaciones. Sabemos de su cultura, de su religión, de sus guerras, de sus derrotas, de sus esclavos, de sus líderes, del orden social e incluso claro de su extinción.

Eventualmente y con el paso de los años, es justamente a través de los avances tecnológicos aplicados en la construcción de las ciudades que hoy tenemos una cantidad infinita de información, y que ha sido fundamental para podernos explicar hoy como humanidad.

El crecimiento vertiginoso de los asentamientos humanos de hoy en día, esta dejando una nueva huella, una que le servirá a la gente del futuro para leernos, sin embargo, hay algo que me preocupa, no tengo tan claro que ésta que nos está tocando construir, pueda hablar tan bien de nosotros como Karnak nos habló de los egipcios.

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erodriguez@360atlr.com.mx

 

 

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