Hace algunos días, se hizo de conocimiento público el supuesto caso de la Ministra y presidente de la segunda sala del tribunal de la Suprema Corte de Justicia, Yasmín Esquivel Casso, egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y quien presuntamente habría plagiado con todo el cinismo del mundo su tesis de titulación de la carrera.
Ante estas acusaciones, tanto Esquivel como su asesora de tesis afirmaron que era completamente falso, pues la tesis de la funcionaria era «enteramente original».
Sin embargo, dichas afirmaciones verbales carecen de total sustento, pues el investigador del Centro de Estudios Literarios de la Universidad Nacional Autónoma de México, Guillermo Sheridan, presentó en el documento que la culpaba, pruebas físicas que demostraban su falsedad.
De acuerdo con Sheridan, la tesis de 1986 de la Ministra, presenta no solamente similitudes con la tesis de Edgar Ulises Báez (de 1985), sino que es casi prácticamente idéntica en algunas partes, como el índice, muchísimos párrafos, errores gramaticales y hasta el mismo título, el cual es en ambos casos “Inoperancia de los sindicatos en los trabajadores de confianza del Artículo 123 Apartado A”.
De manera completamente incoherente, el presidente Andrés Manuel López Obrador, «defendió» lo indefendible, pues aseguró que otros políticos «han hecho cosas peores», declaraciones que miles de internautas ridiculizaron en redes.
Fue tal el revuelo del ‘problemón’ en el que se metió la delegada, que la misma UNAM ya publicó un comunicado en el que detalló que investigaría el proceder legal en contra de Esquivel, pues en efecto, su tesis presentaba una similitud ‘alarmante’ con la de otro estudiante de la misma casa de estudios.
