Por: Guillermo del Valle Reyes.
La semana pasada comenté sobre la primera decisión tomada como Delegado Estatal del ISSSTE en favor de agilizar la atención a los jubilados y pensionados que acudían mensualmente a la Delegación Estatal para recoger su talón de pago de pensión, con lo que se acabaron las enormes filas que ellos tenían que hacer.
A los pocos días inicié una sucesión de recorridos por todos los centros de trabajo que integran la Delegación Estatal, fundamentalmente por los espacios de servicio y atención médica para los más de 230 mil derechohabientes del Instituto.
Las supervisiones a las instalaciones de la Clínica Hospital “Dr. Rafael Barba Ocampo” de Cuautla, las Clínicas de Medicina Familiar de Cuernavaca y Jojutla, de las 26 Unidades de Medicina Familiar en igual número de municipios y de las tres Estancias de Bienestar y Desarrollo Infantil propias, tenían un solo objetivo:
Atender y escuchar personalmente a los derechohabientes que acudían a dichas instalaciones, conocer las necesidades e insuficiencias de cada Unidad Prestadora de Servicio, y estar al tanto de la opinión de los trabajadores de la Delegación para mejorar la atención institucional.
Los resultados de los recorridos y supervisiones pronto se vieron reflejados en beneficio de nuestra población derechohabiente, ya que rápidamente fuimos subsanando, con el respaldo firme y decidido de las autoridades centrales del ISSSTE y de los propios trabajadores, las necesidades y las insuficiencias que eran mínimas en la mayoría de los casos.
Por cierto, estos recorridos por distintos puntos del Estado me proporcionaron el gusto de saludar a muchos amigos y conocidos que son derechohabientes del Instituto, además de entablar comunicación con mucha gente a la que no tenía el gusto de conocer. A todos ellos proporcione mi número de teléfono celular para estar a sus órdenes, desde entonces, en esta responsabilidad pública.