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Contrapunto-Cuando el destino nos… ¡Alcanzó!

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El jueves 30 de enero de 2020, la Organización Mundial de la Salud decretó el estado de Emergencia Internacional, ante la crisis de Coronavirus presentada en China, en la Ciudad de Wuhan.

En un mes, el brote ha causado ya casi 200 muertos y más de 7 mil casos de ésta atípica neumonía ocasionada por un virus que normalmente afecta a mamíferos pequeños pero que mutó para afectar al ser humano.

El virus ya salió de China a pesar del gran esfuerzo que ha hecho esta nación por controlar la enfermedad. Esta es la razón por la que la OMS ha lanzado la alerta mundial un día antes un sismo de 7.7 grados entre Cuba y Jamaica, cosa que sorprendió a todos.

En los días posteriores, Acapulco y las poblaciones cercanas han sufrido intensamente de sismos moderados. Recordemos que nuestro estado Morelos no era considerado zona sísmica hasta el fatídico 19 de septiembre de 2017, lo preocupante, es que en lo que va de este enero que no termina, la gran mayoría de los sismos registrados se han presentado en prácticamente todas las conjunciones de placas tectónicas del planeta, como si hubiera un desplazamiento generalizado de ellas y la liberación de energía en estas ha ido de moderado a violento, yendo de sismos de 4.5 a 7.7 en la escala de Richter.

También recibimos este 2020 con la noticia de que el quinto continente, Australia, se encontraba incendiado en sus bosques.

Fue la culminación de un año de incendios forestales que comenzó en México y Norteamérica en marzo, abril y mayo de 2019; continuó en el Amazonas y África entre agosto y septiembre y continúa éste enero con Australia.

Definitivamente que la actividad económica desmedida está provocando un incremento acelerado de la temperatura global promedio, por más que Vladimir Putin, presidente de Rusia, haga videos señalando lo contrario, por cierto, coincide con Donald Trump, presidente de EU, en esta idea pero su coincidencia convenenciera radica en que ninguna de las dos naciones está dispuesta a poner controles ambientales a su actividad industrial.

Por último, a iniciativa principalmente de WWF y de GreenPeace, la ONU lanzó desde 2016 una iniciativa mundial para erradicar los plásticos de los océanos, por cierto, que de acuerdo a los estudios el principal aportante del material plástico en el mar no son las bolsitas en el océano.

La industria pesquera, aporta nada más el 40% del plástico que flota a la deriva atrapando y asesinando a la fauna marina. Las redes abandonadas en el mar, junto una serie de artefactos plásticos que son usados en la pesca, son los principales materiales producidos por el hombre flotando en el mar.

Los inviernos de 2018 y 2019 fueron de los más fríos en la historia reciente de la humanidad. Se registraron fenómenos atípicos en Norteamérica, incluyendo una especie de ciclón en el atlántico norte que provocó la caída de las temperaturas en Norteamérica y el norte de Europa. Esta situación contrasta con el calor atípico en el ártico, que ha provocado por ejemplo, que Groenlandia se encuentre prácticamente deshielada.

Si con todos estos indicadores la humanidad no comprende que estamos en una situación de umbral del desastre global, entonces definitivamente no tenemos remedio.

Las visiones contemporáneas que surgieron en los ochentas y noventas pronosticando la posibilidad de un evento de extinción donde la civilización pudiera desaparecer, hoy parecen anticuadas y obsoletas de frente a lo que está ocurriendo en el globo.

Películas como “El día después de mañana”, “Cuando el destino nos alcance” o “2012”, hoy parecen documentales más que ficción y lo preocupante es que seguimos sumidos en una especie de espejismo de confort que, indudable e inexorablemente nos acercará a una crisis profunda de supervivencia no en el 2050 ni en el 2100, sino ya.

Pudiera comenzar en cualquier momento. Ojo con esta emergencia del Coronavirus.

Sin ir más lejos, en nuestro estado se apuesta más a negocios como la minería a cielo abierto en Tetlama que al desarrollo sustentable, así como en el mundo, en que se gasta en buscar vida en otros planetas lo doble de lo que se invierte en recuperar nuestro planeta, así de absurdo.

Por hoy es todo y nos vemos hasta el siguiente contrapunto. Mientras… ¡Déjense ahí!

POR CARLOS CALTENCO

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